Juan José Vivas dijo haber vuelto a nacer el año pasado. Agradeciendo a Dios por su vida y el esfuerzo de su familia, contó la historia del tratamiento que le realizaron en el Hospital Internacional de Colombia (HIC), en Bucaramanga, norte de Colombia.

A finales de marzo del 2019, Vivas ingresó a una clínica privada de Guayaquil por una neumonía. Esta afectación se agravó y el 5 de abril lo desahuciaron. “Llamaron a mi familia para que se despidan de mí, me iban a entubar porque me estaba muriendo”, narró el hombre, de 67 años.

Recordó la apatía con la que lo trató un médico de esa casa asistencial porteña. “Yo le pregunté al doctor: ¿Me voy a morir? Y él me dijo: Sí, todos tenemos que morir”, recordó.

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Esa tarde, un internista de la clínica le dio una tarjeta a la familia de Vivas con datos del Hospital Internacional de Colombia. “Dijo que si teníamos la posibilidad lo llevemos allá”, narró Carmen Hilbron, esposa de Vivas.

Inmediatamente se pusieron en contacto con el hospital, perteneciente al complejo médico de la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV). Al día siguiente, una aeroambulancia de la casa asistencial de ese país arribó a Guayaquil para trasladar a Vivas.

“Desde el primer momento el trato que nos dieron fue excelente, tanto médico como humano. Los médicos colombianos aquí en Ecuador tuvieron inconvenientes por los trámites para la salida de la nave y el traspaso de mi esposo a una ambulancia, pues la que nos dieron en Guayaquil estaba sucia, había sobras de comida y fundas de snacks”, manifestó Hilbron.

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Vivas viajó con uno de sus hijos, quien se mantuvo allí los dos primeros días. Luego llegaron más familiares.

En el Instituto Cardiovascular recibió la terapia ECMO, que consiste en la oxigenación de la membrana extracorpórea, para dar soporte a los pulmones, que no estaban funcionando de manera correcta.

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Según el portal web del hospital, esta es una de las más importantes unidades de cuidados intensivos de Colombia en manejo de pacientes en ECMO. Esta posee 14 cubículos y en cuidados intermedios hay 6.

Todas cuentan con ventilador y monitor de signos vitales Mindray.

Por cada 12 cubículos hay un cubículo especial de aislamiento, con filtro HEPA y sensores, lo que permite saber si está con presión positiva o negativa, favoreciendo aislarlo en su totalidad, y que es ideal para pacientes inmunosuprimidos o con procesos infecciosos, permitiendo que ninguna partícula o bacteria que esté en ese espacio salga al exterior, dice el portal.

Luego de tres meses en dicho hospital, Vivas salvó su vida.

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Sus pulmones comenzaron a responder de una mejor forma y regresó a Guayaquil, donde estuvo aislado en su hogar para continuar su tratamiento de recuperación.

“El costo de las atenciones allá fue casi igual o hasta menos de lo que hubiera gastado en una clínica en Guayaquil o Quito. Y lógicamente menor que en Estados Unidos, donde antes me hacía tratar”, manifestó Vivas, actualmente recuperado. (I)