La sensación de más seguridad y la rapidez con la que los buses se desplazan al tener un carril exclusivo son dos cualidades que los usuarios de la Metrovía destacan del sistema en Guayaquil, conformado por tres troncales operadas independientemente por el mismo número de consorcios.

Sin embargo, la calidad del servicio de este medio de transporte masivo, que en julio próximo cumplirá 18 años, ha ido desmejorando con el pasar del tiempo al punto que el propio alcalde, Aquiles Alvarez, lo ha calificado de “paupérrimo” en más de una oportunidad.

‘Las otras troncales de la Metrovía deben poner las barbas en remojo. No podemos seguir con un sistema paupérrimo’, advierte Aquiles Alvarez

Y a tono con esto, la realidad está a la vista: en menos de un mes dos buses del consorcio MetroExpress, que opera la troncal 2 (conecta el sur con el norte), se incendiaron afuera de diferentes estaciones ubicadas en la avenida 25 de Julio, sur de la ciudad, en medio del susto de los usuarios que en las dos ocasiones resultaron ilesos.

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El primer siniestro se dio el 25 de febrero afuera de la estación Mall del Sur, que desde entonces hasta la actualidad permanece cerrada. El segundo incidente ocurrió el lunes, 18 de marzo, al pie de la parada Hospital del IESS.

Ambas situaciones fueron determinantes para que la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) suspenda a MetroExpress y empiecen los trámites respectivos para la terminación unilateral del contrato con dicho consorcio.

Desde el martes, 19 de marzo, a manera de plan de contingencia 20 buses articulados de las troncales 1 y 3 se han incorporado de manera paulatina para atender a los pasajeros de la troncal 2, sin cubrir las rutas alimentadoras, algo que al usuario le ha representado gastar más en pasajes.

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Solo la troncal 2, según cifras de la ATM, recibe un promedio diario de 54.704 usuarios. La troncal 1, operada por Metroquil, atiende una demanda de 65.349 pasajeros por día, y la troncal 3, a cargo de Metrobastión, 64.660 personas. De ahí que en su conjunto todo el sistema Metrovía moviliza al día un estimado de 184.713 usuarios, cifra que hasta antes de la pandemia del COVID-19 oscilaba entre 9 y 10 millones.

Como parte de un plan de contingencia, 20 articulados de las troncales 1 y 3 atienden la demanda de la troncal 2. Foto: RONALD CEDEÑO

Juan Pablo Coello, quien vive en la ciudadela Guayacanes (av. Antonio Parra Velasco), en el norte, contó que prefería la Metrovía para ir de su casa al trabajo aunque esto implicaba que el traslado sea más prolongado que si tomaba el bus de la línea 125.

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“Yo me siento más seguro en la Metrovía, pero ahora que ya no hay alimentadores cojo la 125 y vengo directo al trabajo. Cuando cogía la Metro iba de mi casa a la terminal (Río Daule) y de ahí avanzaba hasta la parada (cdla.) Simón Bolívar donde debía tomar otro bus hasta el sector de Mall del Sol, pero con un solo pasaje todo”, comentó el joven sobre su rutina anterior.

Y es que ahora, con la suspensión del consorcio MetroExpress, la ruta de los alimentadores se suple, en la medida de lo posible, con los buses que tienen recorridos cercanos. La situación de la troncal 2 ha llevado al Municipio porteño a poner la lupa en todo el sistema que ya venía generando quejas, entre otros factores, por un déficit en la flota que se siente en los tiempos de espera por un bus, que puede ser de 20 a 30 minutos.

En su enlace radial de este miércoles, 20 de marzo, el alcalde Aquiles Alvarez reconoció que la finalización del contrato con el consorcio mencionado va a generar un problema, pero recalcó que el servicio no puede seguir así. “Las otras troncales deben poner las barbas en remojo. No podemos seguir con un sistema paupérrimo”, expuso él y sostuvo que se acabó la “tolerancia” de parte del cabildo.

En su conjunto, según la ATM, el sistema Metrovía tiene una flota operativa de 147 unidades, de las cuales 92 son utilizadas en la ruta troncal y 55 en alimentadoras. Esto resulta insuficiente ya que el propio alcalde de Guayaquil señaló en su enlace que, por ejemplo, MetroExpress debería disponer de 44 alimentadores y 49 articulados, pero tiene 20 alimentadores y 24 articulados, es decir, la mitad de la flota.

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“Como no ha habido el mantenimiento se han ido comiendo las unidades (...) entonces eso es lo que pasa con todas las troncales, más que todo en la troncal 2. En verdad la troncal que más ha generado problemas y dolor de cabeza es la troncal 2 que moviliza 55.000 personas diarias en 43 paradas. Esa es la realidad, conecta el sur de Guayaquil con el norte, entonces, es una troncal neurálgica”, refirió Alvarez.

Alejandro Chanabá, docente de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) especializado en transporte, refirió que la Metrovía es un sistema beneficioso para la ciudadanía en términos de economía y desplazamiento con rapidez. Mencionó que como tal, este medio no busca comodidad sino agilidad en los traslados y eso se consiguió hasta que empezaron los problemas con el mantenimiento de las unidades, de la flota.

Quién está detrás de MetroExpress, el consorcio al que se le quitó contrato de la troncal 2 de la Metrovía

Con esto, añadió, comenzó la espera prolongada por los buses, un malestar que desde hace meses atrás han reportado con frecuencia los usuarios. ¿Qué hacer? El catedrático universitario cree que esta es una oportunidad para revisar los contratos con los consorcios y establecer exigencias que satisfagan la demanda de los usuarios.

Para aquello, sostuvo Chanabá, es necesaria la renovación de la flota, algo que parecería complejo, considerando que no haberlo hecho hasta ahora denota que los consorcios no tienen los recursos suficientes. De ahí que el académico sugirió que el Municipio podría avalar a los consorcios ante alguna entidad financiera con el fin de que adquieran préstamos que les permitan invertir en la flota.

Si esto no es posible, el docente de la Espol mencionó que otra opción sería que el cabildo asuma la operación de la Metrovía con buses propios. (I)