Las paredes les cayeron encima a los seis integrantes de la familia Ortega la madrugada de este viernes, 31 de mayo, pero milagrosamente todos están vivos.

A las 03:30 el fuerte estallido despertó a los vecinos de la cooperativa Ebenezer, en Monte Sinaí, pero a Anthony Ortega, su esposa y cuatro hijos los vecinos tuvieron que sacarlos debajo de los escombros en medio de la oscuridad.

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“Yo me quedé atrapado porque la pared me cayó encima, pero levanté a mi esposa para que fuera por los bebes que gritaban. A las gemelas, que tienen 4 años, las tuvimos que sacar de abajo de las piedras y están en el hospital”, contó el padre de familia que esta mañana permanecía afuera de su casa destruida por la explosión.

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Junto a él estaban su esposa y su hija de 9 años, ambas con raspones en el cuerpo y algunos golpes. La niña muy asustada preguntaba a su padre dónde iban a dormir.

Anthony comentó que su hijo menor, de 2 años, milagrosamente resultó ileso y que estaba con un familiar.

El hombre, que fue atendido en el lugar por paramédicos y a quien le vendaron las piernas, comentó que solo horas antes del incidente habían abierto un restaurante en la esquina de su casa y que al parecer el tanque de gas tenía una fuga y la acumulación del gas causó la fuerte explosión que dejó completamente destruida su casa.

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Katherine Villamarín, de Gestión de Riesgos del Municipio, llegó al punto con varios técnicos que analizaron cinco inmuebles del sector.

La funcionaria dijo que la casa de la familia Ortega debía ser demolida porque el daño estructural era importante. Los funcionarios también analizaban si la casa vecina tenía daños estructurales que impidieran su reparación.

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En ese inmueble funciona la tienda de don Mario desde hace 16 años. El dueño del negocio relató que sus familiares dormían en la planta alta cuando se dio el estallido y que aunque asustados, están bien.

Se negocio quedó destruido porque las paredes que dividían ambas casas salieron volando. También su camioneta fue dañada.

Las puertas enrollables de una farmacia ubicada frente al restaurante también se hundieron y los espejos, ventanas y tumbados de al menos seis casas más reventaron por la onda expansiva. (I)