Dos barreras de planchas metálicas y un muro de cemento limitan el acceso en puertas y una ventana de la vivienda de los Morales en Samanes 5, en el norte de Guayaquil. Esos limitantes no impidieron que ellos vivan una jornada de intenso trajín por el agua que alcanzó niveles superiores a las protecciones y se filtró hasta alcanzar el nivel de las rodillas.

A las 02:30 del jueves anterior, en esa villa de la manzana 298, cuando el agua acumulada en el patio seguía aumentando de nivel de forma rápida y no descendía con el paso de los minutos, ellos comenzaron a subir los muebles, camas, electrodomésticos a la segunda planta para evitar que se dañen totalmente.

Esta fue la segunda ocasión que hicieron aquello porque el 8 de marzo pasado, en otra lluvia intensa, hicieron lo mismo para rescatar enseres por la inundación de su predio.

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En esta reciente lluvia, en fundas pusieron lonas para tapar los servicios higiénicos para que no suba el agua por esa vía. En el patio no pudieron evitar que dos automóviles que estaban en el parqueadero resulten afectados con el ingreso de agua.

“El agua trata de entrar y romper por donde sea. Tengo un baño de un adulto mayor que se rebosaba en el servicio, era horrible”, recordó Gina Mercado, residente en esa vivienda.

Tras un día de la pesadilla, los muebles de la sala, mesas, sillas y anaqueles desarmados seguían en una segunda planta para evitar que una tercera inundación vuelva a afectar sus enseres.

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Ellos, así como otros vecinos, esperan que no se repita ese escenario en Samanes 5 y piden se dé una limpieza profunda de los ductos de alcantarilla de aguas lluvias, así como las zanjas cercanas, para que el agua fluya y no se quede estancada.

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“No hemos bajado las cosas por el miedo de que van a seguir las lluvias, no podemos estar jugando a subir y bajar muebles. Ese día tuvimos el agua en la calle sobrepasando casi a la cintura, ya no había desfogue, la zanja que da al parque Samanes totalmente se rebosó, no había a dónde huir”, dijo Fabrizzio, hijo de Mercado.

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Entre los daños, Mercado contó que varios muebles se afectaron con el agua y a su vez los anaqueles de una cocina que hace poco había sido remodelada.

En medio de la tempestad, Fabrizzio implementó la frase “al mal tiempo, buena cara” para utilizar un kayak con el que se trasladó por la Isidro Ayora y otras vías de Samanes. En ese paseo pudo constatar que varias cuadras a la redonda resultaron afectadas y afuera de su vivienda, un vecino lo captó en un video que se viralizó en redes sociales.

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“Que se limpien alcantarillas y la zanja porque es el desfogue directo. Esta es la primera vez que la zanja de Samanes no dio más y se rebasó, igual la zanja de Guayacanes, cuando vimos la zanja ya dije ‘perdimos la batalla’”, dijo el vecino.

Muebles perdieron vecinos de Samanes 5. Foto: El Universo

Durante la jornada del viernes anterior, en la casa de los Morales, dos obreros se encargaban de elevar más un muro de cemento que da hacia una ventana lateral, mientras se mantenían planchas en la puerta principal y la otra trasera.

Esta última contaba con una plancha extra para superar a lo registrado el jueves anterior. Mientras, en la planta baja solo una mesa permanecía levantada sobre una estructura metálica y la sala estaba vacía, solo una laptop se encontraba en el piso para unas tareas de Gina Morales, hija de Mercado.

En el mismo vecindario, a pocos metros, Pedro Alvarado, quien atiende en una tienda, sufrió daños en varios congeladores de bebidas y helados, debido a que el nivel del agua alcanzó alrededor de veinte centímetros de alto. Pasaron horas para que baje el nivel del agua ese jueves.

Vecino Fabrizzio Morales utilizó kayak para evidenciar la inundación en vías de Samanes. Cortesía.

Él dijo que procura mantener la basura alejada de una alcantarilla cercana a su negocio, sin embargo, eso presume que puede ser una de las causas para la inundación, además de la marea alta que hubo ese día y que mantenía rebosadas las alcantarillas.

Otro vecino, Eduardo Henríquez, tuvo también el problema de que el agua superó el muro que tenía en su hogar y todos sus enseres resultaron afectados por el agua que incluso tenía una tonalidad café. Él mencionó que se debería revisar el tema de la basura en ductos de alcantarillado, puesto que en uno cercano a su casa, ubicada en la mz. 927, se encargó de retirar desechos que obstaculizaban la bajada del líquido.

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En la jornada de este viernes, en los exteriores de varios inmuebles se habían colocados artículos que resultaron afectados. Estos estaban mezclados con las fundas de basura para que se las lleven los trabajadores de la empresa de recolección de desechos.

Por ejemplo, León Peñafiel, quien reside en la manzana 936, lanzó varias maderas de anaqueles que se dañaron con el agua que ingresó a su vivienda. Ahora tiene sus artículos subidos en palés hasta que cesen las intensas lluvias. “No puedo sacar porque sale al centro, cae una lluvia y está inundado”, comentó.

Él contó que en anteriores ocasiones el agua alcanzaba el nivel de la acera, pero no se adentraba a su vivienda. En su caso, el líquido se filtró a pesar de la colocación de una plancha que se ubica en el acceso a su casa.

Vicente Arboleda y su esposa también estuvieron entre los perjudicados. Ambos cuando despertaron evidenciaron que el agua entró a su habitación. “A lo que pongo el pie siento el agua”, dijo el vecino que habita en una vivienda de una sola planta, frente a la zanja de la zona.

Arboleda y su pareja, que llevan diez años en la zona, mencionaron que el agua se acumula en esa vía y debería existir una alcantarilla que desfogue directamente a la zanja, que en la lluvia pasada rebosó.

Agua empozada cerca de zanja que cruza el sector de Samanes 5. Foto: El Universo

“Hay agua empozada y el nivel de la zanja bajo, eso ya no es marea, eso es problema de canalización para drenar el agua”, dijo el morador, quien además coincidió con sus otros vecinos para pedir acciones que mitiguen futuras inundaciones y más perjuicios a los moradores. (I)