Jefferson Joel Mora Ávila, de 28 años, avanzaba en su triciclo por la av. Francisco de Orellana cuando un carro gris lo embistió de manera repentina. Producto de la fuerza del impacto, quedó destrozado el medio de transporte en el que llevaba materiales de reciclaje y él tuvo daños en ambas piernas.

Terminó perdiendo parte de la extremidad derecha y la otra logró mantenerla, luego de intervenciones médicas.

Ante este episodio traumático, ocurrido hace cuatro años, el joven ya no pudo continuar haciendo los oficios a los que se dedicaba dependiendo de las oportunidades laborales, como albañilería, guardianía, reciclaje y cargando cajas en bodegas.

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En la búsqueda de un sustento económico y con el deseo de no pedir limosna en las calles, Mora encontró una salida para conseguir ingresos a través de los malabares, una actividad que mantenía como hobby desde pequeño cuando aprendió observando videos en internet.

Con muletas, inicialmente, empezó a moverse desde su vivienda y llegaba en bus a la av. Orellana. Ahí dejaba las muletas por un rato y realizaba malabares. Así se mantuvo por algún tiempo aunque era dificultoso, puesto que perdía fácilmente el equilibrio.

Hasta hace dos años, él consiguió adquirir una prótesis en un hospital público del suburbio, y ahora se maneja con mayores facilidades de manera autónoma. En este tiempo ha mejorado sus presentaciones que realiza en dos puntos de la av. Orellana, en Las Orquídeas y Vergeles.

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“Cuando estaba bueno me gustaba trabajar, no me gusta quedarme en casa, se siente solo. Gracias a Dios me va bien, a veces hay días buenos y malos”, mencionó el guayaquileño.

Al observar su show, algunos choferes y ocupantes de autos acceden a entregarle unas cuantas monedas como reconocimiento a su esfuerzo e incentivo para que siga buscando ingresos de manera digna.

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En la zona de Vergeles y Las Orquídeas, el joven suele ubicarse de 08:00 a 14:00, todos los días, dependiendo de las condiciones climatológicas. En días de intenso sol o lluvia, él reconoció que resulta complicado hacer sus presentaciones, por lo que procura ubicarse por menos tiempo o busca otro medio de ingreso, como la venta de agua o artículos llamativos.

Los shows de este joven consisten en el lanzamiento continuo de tres clavas hacia lo alto, sin dejar que caigan al suelo, y luego por su cuenta se para de manos para avanzar a lo ancho de la calle, mientras se mantiene la luz del semáforo en rojo. Las presentaciones suelen extenderse por el lapso de 45 segundos a un minuto.

Cada día, con esta labor, él puede conseguir entre $ 10 y $ 25, que le sirven para su alimentación y gastos básicos. “Lo más satisfactorio es tener un día bueno para ir a descansar y seguir hasta cuando pueda”, dijo.

Jefferson Mora realiza su show de parada de manos en la av. Francisco de Orellana pese a tener movilidad reducida. Foto: Francisco Verni Peralta

Además, con el dinero conseguido, el joven avanza poco a poco en la construcción de su propia vivienda, de materiales mixtos, en el sector de Ciudad Victoria, en el extremo norte de Guayaquil. También, refirió, trata de ayudar a sus padres, sobrinos y hermanos, habitantes del mismo sector popular del norte.

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“La gente me ayuda, me dicen que siga adelante, que siga triunfando, que está bien que no me deje caer, me dicen distintos comentarios de apoyo”, remarcó el joven.

Este joven indicó que espera continuar mejorando su técnica para mantener sus ingresos y de ser posible, poder tener un trabajo fijo ya sea prestando su experiencia en labores menores de albañilería o en bodegas, con ordenamientos o tareas de limpieza. “Esas cosas puedo hacer sin problema, gracias a la prótesis puedo hacerlo normalmente”, indicó.

Por ahora, este joven aspira a poder agilizar trámites para conseguir un bono estatal por el 35 % de discapacidad que padece debido a la pérdida de la pierna. “Estoy en proceso (del bono), yendo a ver si me sale”, remarcó el joven a la espera de mayor apoyo. (I)