Sus manos están llenas de grasa, al igual que sus uñas. Su ropa y zapatos están manchados con aceite quemado y, aunque eso la debería incomodar, a Luisana Bohórquez la enorgullece, pues hace más de cuatro años encontró en la mecánica su pasión.
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La joven, de 20 años, aspira a tener su propio taller para atender y dar trabajo a mujeres interesadas en la mecánica.
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Sus manos están llenas de grasa, al igual que sus uñas. Su ropa y zapatos están manchados con aceite quemado y, aunque eso la debería incomodar, a Luisana Bohórquez la enorgullece, pues hace más de cuatro años encontró en la mecánica su pasión.
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A mitad de la noche, y cuando llovía, llegaron el ICE y otras agencias. "Somos ciudadanos", gritaba una madre. Denuncia que los trataron como delincuentes.
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