Rafael Bermeo y los hermanos Feijó se despiden de los clientes del Minimarket Las Lomas después de 58 años de historia en Urdesa Central

Helen Feijó facturó la tarde de este miércoles, 28 de febrero, las últimas cajas de té de manzanilla que compró su amiga, Carmen Zea, en el último día de atención del minimarket Las Lomas. Ellas se dieron un gran abrazo mientras recordaban varias anécdotas.

Este negocio familiar cumplió 58 años de servicio en Urdesa Central. Fue uno de los primeros locales tipo market en la zona, se caracterizó por ofrecer productos americanos desde papel higiénico hasta bebidas exclusivas como marcas de whisky.

El primer Dollar Store que se abrirá en Guayaquil funcionará en Urdesa

Hoy realizaron su despedida oficial, era la última vez que atendían a sus vecinos y amigos allí en la tienda. Esto llenó de emotividad a los hermanos Helen Feijó, de 69 años; Charbert Feijó, de 72; Martha Feijó, de 78 y a su esposo, Rafael Bermeo, 88 años.

Este último fue el fundador del establecimiento junto a su suegro, Víctor Feijó, y poco a poco fue vinculando a toda la familia Feijó, que hicieron de este espacio un hogar, un ambiente acogedor para sus visitantes que funcionaba desde las 06:00 hasta las 23:00.

“Cerramos porque somos personas mayores, queremos descansar y también por la seguridad de nosotros, no nos han vacunado ni nada, solo queremos ya aprovechar lo que viene de la vida. Este es el cierre de un ciclo, una etapa bonita en nuestra vida, de la que estamos muy agradecidos”, manifestó Helen.

Ella explicó que desde enero anunciaron a sus clientes que iban a cerrar en los próximos días. Incluso ya las perchas, los congeladores están vendidos.

Rafael Bermeo, cuñado de Helen y fundador del negocio, indicó que se llevan muy gratos recuerdos como la vista personalidades importantes como José Velasco Ibarra, Assad Bucaram, León Febres Cordero, Jaime Nebot, artistas como David Reinoso, Pamela Cortez, etc.

“Recuerdo mucho desde que iniciamos, todos los días hermosos, estamos muy agradecidos con todos nuestros clientes y amigos”, comentó Rafael.

Una de las clientas que llegó fue Carmen Zea quien recordó que ese sitio fue un punto de encuentro para disfrutar de una conversación entre amigos.

“Los viernes eran maravillosos, nos reuníamos diferentes grupos de clientes, de amigos, todo muy tranquilo, muy acogedor, vendían vinilos, fueron muy buenos tiempos en Guayaquil”, manifestó Carmen Zea, quien se llevó salsa de tomate, café, mostaza que es como un cierre de una etapa.

Helen recordó que fueron diversos retos que pasaron, el más fuerte fue la Pandemia porque se encerraron dos meses por la crisis sanitaria.

Negocios en expansión: estas son las cadenas que abrirán nuevos locales en Guayaquil y su zona de influencia

“Mis hijos y nietos, los jóvenes de la familia se idearon para organizar el servicio a domicilio que no habíamos tenido pero que lo hicimos porque era la forma de seguir adelante”, explicó ella.

Añadió que también sufrieron otros retos como el robo del local en el año 2000, que incluso les abrieron la puerta enrollable, rompieron candados, se metieron y se llevaron parte de la mercadería.

Los hermanos comentaron que en todos estos últimos días han sentido el cariño de la gente y que se van con muchos recuerdo en estos 58 años de haber servido desde el barrio de Urdesa Central. (I)