Ricardo Quintero vive junto con familiares desde hace más de 24 años en una pequeña casa, en la que habilitó una tienda y punto de recargas telefónicas, en la avenida Gabriel Roldós, en Sauces 8, norte de Guayaquil.

Desde su local, en las dos décadas de servicio ha observado como el sector pasó de tener un movimiento continuo de ventas a diario a apagarse. También ha observado negocios que abren y se mantienen operando máximo tres meses.

‘Algunas personas están desesperadas por vender propiedades como sea por las extorsiones o simplemente por seguridad para su familia’

Según moradores, este era un punto de encuentro para la gente del norte de la urbe, especialmente de la Alborada, Samanes, Sauces e incluso algunas etapas de Guayacanes.

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En el tramo de la av. Gabriel Roldós, entre la av. Isidro Ayora y Rodolfo Baquerizo Nazur, dicen moradores, antes había desde restaurantes hasta ferreterías que atendían hasta la medianoche. En esa zona casi no había locales vacíos y todos tenían su clientela fija.

Ahora, si bien aún existe una decena de tiendas de abarrotes, salones de belleza, bazares, restaurantes de todo tipo, la llegada de visitantes a la zona se ha mermado ya desde hace unos cinco años y con más fuerza desde este 2024.

También varios de los locales han cerrado en este año.

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“Esta era una zona que siempre estaba movida, la gente salía desde los cangrejales de Sauces y venía hasta acá para comprar cualquier cosa, ahora nada de eso”, relata Quintero.

Por el bajo movimiento que se registra pasadas las 19:30, los propietarios de locales en esa zona han optado por modificar sus horarios de atención. Quintero, por ejemplo, cierra al mismo tiempo que una pizzería, cerca de las 22:00.

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Según moradores y comerciantes, el movimiento de personas en la zona baja a partir de las 19:30 y 20:00. Foto: Ronald Cedeño

“No podemos quedarnos más, aquí no vemos a gente en calle. Los carros cruzan, pero no se detienen y quedarnos atendiendo es llamar a los ladrones a que nos roben”, dice el dueño de una pizzería que llegó a la zona hace dos años.

Él cuenta que cuando instaló su local aún había vecinos que salían de su casa, pasadas las 20:00, a hacer compras en los restaurantes o en los bazares. En este año, cuenta, eso cambió y la gente dejó de frecuentar la zona en la noche por el temor a los robos.

“Yo creo que lo que más ha ‘ahuyentado’ a la gente es que los carros ya no se pueden estacionar con tranquilidad porque empiezan a rondar las motos o los ladrones que se meten por las peatonales”, relata.

Para Aurora Torres, el ‘boca a boca’ a afectado al sector. Hace pocos meses, cuenta, a un grupo de chicos que llegaron a un local los asaltaron cuando ya se retiraban. Ellos estaban a punto de subirse al carro cuando los antisociales los apuntaron con armas y les robaron todo.

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“Ese grupo de chicos eran estudiantes que vivían por aquí y que venían con más amigos y se quedaban en cualquier local. Luego de eso no volvimos a ver más a esos chicos, creo que hasta se fueron de la zona”, afirma Torres.

Este, de hecho, es otro de los factores que han detectado los dueños de negocios ubicados en la av. Gabriel Roldós.

Jorge Ortega, quien vive en Sauces 8 desde hace más de diez años, dice que la llegada de nuevos inquilinos bajó desde finales de 2023. Asimismo, familias vendieron y salieron de las viviendas para mudarse a zonas de vía a la costa o a La Aurora, en el cantón Daule.

“Dejamos de ser esa zona movida, comercial y hasta segura y la gente se fue, eso también ha afectado porque cada vez vive menos gente en esta zona y la que vive ha tenido mala experiencia con robos y mejor se guarda”, dice Ortega.

Letreros de ‘Se vende’ y ‘Se alquila’ abundan en Urdesa, ¿qué sucede en ese sector del norte de Guayaquil?

Uno de los pedidos que hacen los moradores y dueños de negocios es que se incrementen los patrullajes ya que, a pocos metros, está un UPC.

“Tenemos a la Policía cerca, pero no los vemos rondando. Sería bueno para nosotros que se vea la policía y así los clientes se sientan tranquilos”, dice un comerciante.

Otro pedido es que se hagan cambios en las luminarias por luces led. Según vecinos, la luz blanca ayudaría a dar esa sensación de tranquilidad tanto a moradores como clientes.

“Queremos que se devuelva la vida a esta zona, que vuelva lo de antes y que los negocios vuelvan a vender”, dicen vecinos. (I)