“Guayaquil ha sido una ciudad que se desarrolló fundamentalmente a base del comercio, comercio en la ciudad, pero para todo el país. La mayoría de los guayaquileños no ha sido empleado del Estado, no ha pertenecido a la burocracia; por el contrario, ha tenido constantemente que inventar trabajos, formas de ganarse la vida, de sobrevivir, y cada vez que ha habido problemas, por ejemplo, cuando hay un invierno fuerte, inundaciones…, muchas personas inventan trabajos, aprovechan ‘la oportunidad’ de aquello para ofrecer, para vender productos”, cuenta el sociólogo Homero Ramírez, exdirector de la escuela de Sociología de la Universidad de Guayaquil.
Y aquello quedó demostrado una vez más en la actual pandemia del COVID-19, que se vive desde hace 16 meses y que, al inicio, en marzo del 2020 golpeó fuertemente a la población de Guayaquil de forma anímica, física, psicológica y económicamente. En ese entonces, su gente además de enterrar a sus miles de muertos tuvo que lidiar con el desempleo, con la falta de camas, medicinas y equipos médicos en hospitales para salvar las vidas de más contagiados que se agravaban y que parecía que no tenían alternativa.
Fueron momentos de tensión, de miedos, de estrés, de sentir que no había salida, cuentan habitantes, sociólogos e investigadores históricos entrevistados por este Diario a propósito de los 486 años del proceso fundacional que cumple la ciudad este 25 de julio. Aquellos malos y angustiantes momentos de marzo y abril del 2020 se reflejaron entonces en las estadísticas y en publicaciones periodísticas internacionales, en las que se hablaba de Guayaquil como el epicentro de la pandemia en Ecuador. Y dentro del país hubo ciudadanos de otras provincias que incluso plantearon cerrarle el paso a sus habitantes o “aislarlo” para, según ellos, evitar que se expandiera el virus que tenía sumida a la urbe en el caos.
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Solo el 6 de abril del 2020 se registró el mayor número de entierros: 502 en un solo día, en cuatro grupos de camposantos locales. Y de esos, 464 fueron atribuidos directamente a la pandemia, según los registros del matemático Juan José Illingworth, los que encendieron las alertas sobre las cifras que eran extremadamente distantes de las que manejaban funcionarios y autoridades sanitarias del país. Ya al cerrar aquel abril, las inhumaciones por diversas causas, incluyendo el COVID-19, superaban las 7.540 en los mismos cementerios de la ciudad. Y estos 16 meses del COVID-19, van más de 27.000 fallecidos por diversas causas en esta ciudad.
Después de aquellos días de angustia y terror, con la ayuda de la empresa privada y con intervención municipal, el panorama cambió e incluso se llegó a tener días con cero muertes por COVID-19 en la Perla del Pacífico, como ocurrió en junio del 2020. Para agosto de ese año, Quito superó a Guayaquil en casos de contagios, así como Pichincha pasó a liderar el cuadro nacional por encima de Guayas.
No fueron las únicas pérdidas. Estaban también los millones en ventas que dejaron de percibir los sectores productivos y generadores de empleo directo, como las industrias y los comercios, y que pusieron en riesgo la permanencia de algunos negocios o líneas, según sus dueños.
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Solo el sector comercio de Guayaquil perdió $ 2.353 millones en ventas hasta el acumulado de mayo del 2021, por las medidas dictadas por las autoridades (como los estados de excepción y toque de queda) en sus intentos de contener la pandemia, según las cifras de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG). En Ecuador las pérdidas totales en ventas del sector comercio por el COVID-19 llegaron a $ 10.687 millones hasta mayo, registra el gremio local.
Pero ahora hay aires de recuperación que también se reflejan en las estadísticas, aunque aún se está distante de llegar a las ventas previas a la pandemia, se indica.
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La facturación del sector comercio lleva tres meses creciendo en Guayaquil, reporta el gremio local.
En mayo del 2021 la facturación del comercio creció 46 % en comparación con ese mes del 2020. Y aunque venden por debajo de los niveles previos a la pandemia, en el sector hay optimismo y esperan que las ventas sigan creciendo y que lleguen al 14 % que estiman para este año, expone Miguel Ángel González, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil.
“Los comerciantes tuvieron que reinventarse para afrontar la pandemia. Por un lado, los comerciantes dieron el salto al comercio electrónico. Algunos socios empezaron a utilizar las redes sociales para promocionar y vender sus productos. Otros realizaron fuertes inversiones para desarrollar sus propios sitios web donde los consumidores puedan comprar (de manera) online”, comenta González, quien agrega que algunos negocios cerraron definitivamente sus puertas, porque “durante los momentos más críticos de la pandemia no tenían liquidez”.
Actualmente, más del 95 % de los comerciantes ha reabierto, destaca el representante de la CCG.
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El sector industrial fue otro gremio clave y afectado también por los estragos de la pandemia del COVID-19.
En la ciudad, las empresas afiliadas a la Cámara de Industrias de Guayaquil (CIG), que representan a distintos sectores productivos, dan empleo a 100.000 personas aproximadamente. Aquí también se habla de una recuperación del sector, aunque de forma lenta, y se resalta que ninguna de las firmas afiliadas al gremio cerró sus puertas y que todas están operando.
“Pese a la situación sanitaria y de salud vivida en marzo y abril de este año (nuevamente), y pese a las respectivas restricciones de movilidad y aforo que mantuvieron vigencia en dichos meses, la economía ecuatoriana ha venido experimentando en meses recientes un proceso de reactivación en términos de actividad productiva y ventas. Más que ‘industrias nuevas’, podríamos hablar de nuevos procesos adaptados por las empresas con el objetivo de superar los obstáculos que suponía el cierre temporal de la producción. En este sentido, la mayoría de las empresas afiliadas a la CIG ha venido trabajando en desarrollar mecanismos apalancados en la industria 4.0”, menciona Francisco Jarrín, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil.
Y agrega que Guayaquil fue uno de los cantones que con la pandemia tuvieron una “afectación relativamente moderada (en comparación al impacto en otros cantones), con una caída en ventas de 11 %” durante el 2020.
“La actividad económica de Guayaquil se ha caracterizado por ser parte de un clúster productivo-económico más amplio, definiendo una zona de influencia que abarca cantones como Durán, Daule, Samborondón, Yaguachi, entre otros de la provincia del Guayas; además de otros cantones de otras provincias, como Manabí y Los Ríos, situados en la cuenca del río Guayas”, detalla Jarrín.
Y este clúster productivo-económico ha favorecido también a poblaciones vecinas, agrega.
“Ha permitido que varios de los otros cantones dentro de la zona de influencia de Guayaquil registren un desempeño económico notable, teniéndose incluso que durante 2020, cantones como Durán y Samborondón registraron también impactos en ventas relativamente moderados (-7% y -6% respectivamente)”, menciona Jarrín.
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Para el investigador histórico Fernando Mancero, quien además es médico-odontólogo, el habitante de Guayaquil, visto como un todo o de manera general, “es sumamente resiliente y optimista a pesar de las adversidades”.
Y es en esta ciudad donde se observa o se manifiesta más el deseo de ayudar de las instituciones privadas, como pasó y sigue pasando en la pandemia, así como en otros sucesos.
“En todas las épocas, tanto en epidemias, pandemias, incendios… nunca se ha doblegado el espíritu del guayaquileño, que lejos de ponerse a llorar se ha puesto a trabajar para volver a la ‘normalidad’. Y en esta ocasión no fue diferente. La situación fue extremadamente dura…, en el primer momento de la pandemia, cuando nos sorprendió el virus, estábamos descuidados, no estábamos advertidos adecuadamente..., pero la sociedad guayaquileña se unió y empezó a poner de su dinero y de sus voluntades para procurar paliar en algo la situación tan grave que estábamos viviendo (al inicio del 2020)”, expone Mancero.
Aquellos aires de recuperación y de optimismo por la reactivación, por el movimiento comercial que va en aumento, se viven también en barrios, calles, casas y oficinas de Guayaquil, donde sus habitantes le han apostado a los pequeños negocios o emprendimientos, como les llaman, para salir adelante frente a la falta de empleo o ante las necesidades que padecen en una ciudad con más de 2′690.000 habitantes.
“Como sea se vende”, “aquí nos las ingeniamos”, “nos lanzamos con las recetas de la casa y hemos tenido suerte y buena acogida”, “para todos los negocios hay clientes”, “solo hay que echarle ganas y ser constante”, “nos promocionamos por redes y llevamos a domicilios”, exponen parte de los vendedores y emprendedores que han encontrado en Guayaquil un espacio para crecer y para generar sus ingresos económicos.
Normalmente, la sociedad guayaquileña no espera que le solucionen los problemas, porque así ha sido en toda su historia, sino que ella misma los trata de solucionar como sabe y ha sabido hacerlo (por su cuenta).
Fernando Mancero, investigador histórico y médico
Hemos llegado a tener ya una mentalidad y actitud positiva, diferente a la que en cierto momento en los inicios de la pandemia, hace ya 16 meses, se tenía: que la gente más pensaba en la muerte que en la vida, y por tanto, si pensaba en la muerte no pensaba en cómo sobrevivir, no inventaba trabajos, no inventaba formas de producir… Hoy en día, el guayaquileño da un mensaje claro a todo el Ecuador de que podemos seguir adelante, reactivar la economía.
Homero Ramírez, sociólogo y excatedrático universitario
Durante los meses más críticos de la pandemia se evidenció la resiliencia del sector industrial guayaquileño y la implementación de protocolos de bioseguridad que le permitieron mantenerse operativo; así como la acción solidaria para ayudar en las distintas campañas que se hicieron para atender a los sectores más desfavorecidos.
Francisco Jarrín, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil
Aún vendemos por debajo de los niveles prepandemia, (pero), desde la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG) nos encontramos optimistas y esperamos que las ventas del sector continúen creciendo. Estimamos que las ventas del comercio crecerán 14 % este año (2021).
Miguel Ángel González, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil