Un video en TikTok bastó para que viejos conocidos y nuevos comensales se acercaran a Picantería La Barceloneta el día de su cierre definitivo.

Este 13 de julio en el sector de la Alborada, Guayaquil, una familia se despidió de un negocio con 23 años de trayectoria.

Mercedes Leigh es la fundadora de este restaurante que impulsó durante gran parte de su vida. Pero fue su segunda hija, Montserrat Hernández, quien grabó un video de dos minutos y medio para contar la realidad que enfrentaban.

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El video de Montserrat rebasó el medio millón de visualizaciones en solo dos días. El mensaje es muy sentido y a ella muchas veces se le quiebra la voz.

“Con este video no quiero que nadie esté triste… lo que quiero es darles la cordial invitación para que nos acompañen en el último día de atención en el local”, narra esta joven a través de sus redes sociales.

@.montserrat_

Alborada 12ava etapa, centro comercial albodega! Los espero mañana para darles la mejor atención y de antemano mano les agradezco por darse el tiempo para ir 🩷

♬ sonido original - Montse 🦉

“El miedo que teníamos era que se haga viral y que vengan esas personas a molestarme, porque acá a la vuelta han puesto ya dos bombas”, dice Mechita.

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Ese temor empezó a incubarse en noviembre de 2022. Leigh lo recuerda muy bien porque ese día estaba de paseo por Cuenca con su hermana.

“Me llamaron de un número con discado internacional y yo cojo la llamada. Me dijeron de la A a la Z, me quedé impávida, me puse a llorar, quedé en shock”, recuerda.

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Volvieron a contactarla al menos tres veces más, por mensajes y llamadas. La última vez fue en febrero de este 2025.

“Venir a trabajar con ese miedo, no, no dan ganas de venir. No se alcanza a pagar el arriendo”, asegura esta emprendedora.

Y aunque parecía que tenían las posibilidades en contra, lo impensable ocurrió: el video se viralizó y el lleno fue total durante el día de cierre de La Barceloneta. Que, por cierto, como explica Mechita, nada tiene que ver con el equipo amarillo, sino con una playa en España, cercana a la clínica donde nacieron sus dos primeras hijas.

“Nunca en la vida habíamos cerrado a las 15:00”, cuenta Meri, la hija mayor de Mercedes.

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La normalidad era que se extendían hasta las 16:30 o 17:00, esperando que se vendiera algo más en La Barceloneta, que se ubicaba en la Alborada, etapa 12, en el centro comercial Albodegas.

 Esa tarde de domingo fue diferente. Al mediodía, la mayoría de los platos estaban agotados.

Tanto Mechita como sus tres hijos solo tienen palabras de agradecimiento para cada una de las personas que se acercaron a esta picantería familiar en su despedida.

Montserrat rememora un momento conmovedor que vivieron con un antiguo cliente que frecuentaba el sitio en compañía de su padre, quien ya es fallecido. “Sacó su billetera y me dijo: ‘¿Me puedes tomar una foto? Tómeme una foto con papá (foto carné); aquí yo aprendí a comer encebollado’”.

Lo siguiente para esta picantería es el traslado de sus operaciones a domicilio. “No voy a tener un local físico porque estoy endeudada, porque yo destapaba un hueco para tapar otro”, explica Leigh sobre la difícil situación que atraviesan ella y más colegas en la ciudad.

La familia Hernández Leigh durante 23 años sostuvo este negocio. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

En su época de bonanza, esta mujer de origen lojano cuenta que contrató hasta quince personas para que le colaboraran atendiendo y la hora de cierre era sobre las 19:00. “Y me terminé quedando con dos empleados”, indica.

“Lo triste es ver cómo la delincuencia ha cambiado todo. Desde la perspectiva de las personas que antes venían a comer hasta las personas que tienen sus negocios y ya no pueden vender igual”, agrega Montserrat sobre el temor con el que muchos clientes se acomodaban para servirse algo en el sitio. (I)