Compradores de gas de uso doméstico se formaron ayer fuera de las distribuidoras, ubicadas en el centro de Machala, para esperar la venta de un cilindro. Esta situación también se presentó el lunes.

Según técnicos de la Agencia de Regulación y Control Hidrocarburífero (ARCH), la escasez en la ciudad se debe al acaparamiento y desvío del producto hacia la frontera sur.

El director provincial de la ARCH, César Bravo, dijo que se han implementado fuertes medidas para controlar la fuga del combustible, entre estas que uno de los funcionarios de la agencia esté presente cuando las camiones entregan el producto en los puntos de venta.

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En estos días no todos los usuarios consiguen un cilindro debido a que el cupo de cada distribuidora (entre 150 y 200 bombonas semanales) se agota en menos de media hora. Luego, los dueños de locales de venta de gas cierran sus puertas.

Las distribuidoras de la avenida Arízaga y Pichincha se llenaron entre el lunes y ayer. Un delegado de la Agencia de Regulación y Control Hidrocarburífero observó la distribución. Ese proceso se repitió en otras distribuidoras.