Veinticuatro pisos que del gris y negro se convertirían en color verde, cambiarían la imagen al antiguo edificio del Magap, conocido como la Licuadora, que lo constituirían como un pulmón para Guayaquil y en un atractivo ecoturístico. Se trata del que podría ser el primer jardín vertical de esta ciudad.

Esa es la propuesta que, respaldada por el Jardín Botánico de Guayaquil, le pertenece a Daniela Arosemena, una joven estudiante de arte de 21 años. Su teoría es sencilla: “Se ahorrarán costos de demolición y sus impactos ambientales, se fomentará el ecoturismo y ganarán el medio ambiente y todos”.

Han pasado más de tres años desde que el presidente Rafael Correa anunciara la demolición de este edificio, donde funcionó durante dos décadas el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) y que está en manos de Inmobiliar, entidad estatal a cargo de los bienes del sector público.

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Según el Ejecutivo, “ya no sirve” esa estructura, de 89 metros de alto, debido a cuarteamientos y problemas en su sistema eléctrico, y en su lugar se preveía construir un parque.

Hoy, Arosemena cuenta que todos esos recursos que se destinarían para la demolición pueden ser utilizados en el proyecto del jardín vertical, sin necesidad de destruir la estructura, considerada la séptima más alta del Ecuador.

Dice que no ha habido reuniones oficiales con funcionarios del Estado para presentar el proyecto y que aún “sondea” si este tendría acogida.

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“Hemos hablado con un directivo del Magap, le gustó la idea pero fue una conversación informal”, manifiesta la joven.

Cuenta que había visto por internet estos jardines verticales y que la idea surgió a mediados de junio. Recuerda que conversaba con su padre sobre el anunciado destino del edificio, luego de circular por la av. Quito en auto. “Entonces él me dijo: ‘¿por qué no haces un proyecto sobre esos diseños utilizando este edificio?’, así empezó”.

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Luego se lo contó a su abuelo, Arcadio Arosemena, expresidente del Jardín Botánico, y le comenzaron a dar forma. “Consideré que era una genialidad el proyecto, pues en vez de destruir podemos utilizar algo que existe y mejorarlo”, señala él.

Concuerdan con que se utilizarían plantas ornamentales tropicales, como helechos, philodendrum, monstera y bromelia. Lo importante, explica la joven, es que sean plantas de raíces cortas, las cuales estarían adecuadas en paneles y, para su mantenimiento, se utilizaría el sistema de riego por goteo, que permitirá el ahorro de agua.

Para Marcelo Bejarano, creador de jardines verticales, el proyecto es sustentable porque ayuda a la conservación de las plantas y a mejorar su uso en espacios reducidos. Según él y el expresidente del Jardín Botánico, se necesitarían cerca de 9.500 m² de plantas para cambiar la imagen de la Licuadora.

Además se utilizaría la cúpula para una cafetería, los primeros pisos para salones de eventos y se considerarían parqueos subterráneos y oficinas de administración. Hoy en el Palacio de Cristal se realiza una feria, donde se socializa el proyecto.

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Detalles: Historia
Uno de los más altos

El edificio que fue sede del Magap, conocido como la Licuadora, es el séptimo más alto del país. Está en la av. Quito y Padre Solano y fue construido en 1974 por la Compañía General de Construcciones.

En otros países hay diseños similares, pero no he visto uno de tal dimensión, de tremenda altura. Tanto así que si este proyecto se hace realidad podría ingresar a los Récords Guinness”.Marcelo Bejarano, crea jardines.

Esto es algo nuevo en el país y podría servir como ejemplo para otros proyectos ambientales. Sería lindo ver que las plantas estén tan alto produciendo aire, como pulmón para la ciudad”.Daniela Arosemena, estudiante.