La retirada de Venezuela de la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH) puede tener un efecto dominó en sus aliados en la región y polarizar organismos regionales como la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), advirtieron ayer analistas.

Sobre los efectos negativos de la retirada de la CADH para los ciudadanos venezolanos ya hay numerosos pronunciamientos, pero la decisión tomada en el 2012 por el entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez y secundada un año después por su sucesor, Nicolás Maduro, preocupa además por otros motivos.

El paso venezolano puede “ser el comienzo de un efecto dominó entre sus aliados en América Latina, que, al igual que ese gobierno, se han expresado molestos con el cumplimiento de las normas internacionales sobre derechos humanos y libertad de expresión”, dijo Vicente Torrijos, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Javeriana y otros centros colombianos.

Publicidad

“Se ve muy clara la intención de Venezuela y sus aliados de socavar el sistema interamericano que apuesta por la libertad para sustituirlo progresivamente por la Unasur y la Celac”, aseguró el analista.

La CADH da base jurídica a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), órganos autónomos de la Organización de Estados Americanos (OEA), contra la que no solo el gobierno venezolano, sino los de Bolivia y Ecuador, lanzan sus dardos desde hace tiempo.