“En tiempos de crisis digo que son épocas menguantes y pensé: este no es otro menguante más, sino que es un cuarto de siglo creciente”, dice Lucho Mueckay, director del Centro Cultural Sarao, al describir los altos y bajos por los que ha pasado en estos 25 años este espacio que, además de haber sido el precursor de la danza contemporánea en la ciudad, también ha formado artistas y bailarines y ha dado cabida a grupos y obras nacionales e internacionales.

Su historia empezó a forjarse el 9 de diciembre de 1988, cuando Lucho presentó junto a la costarricense Ileana Álvarez la coreografía Minuit en el Encuentro de jóvenes coreógrafos de San José en Costa Rica. Con ese dueto nació Sarao.

La idea surgió luego de que un profesor cuestionara el sufrimiento de los bailarines contemporáneos en el escenario. “Yo era maestro e integrante de la Compañía Nacional de Costa Rica y las danzas eran muy serias y existenciales. Él nos recomendó acercarnos al público con algo más ameno y cotidiano”.

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Lucho e Ileana decidieron ensayar de forma independiente y a partir de lo cotidiano desarrollaron nuevos temas. “Yo era el coreógrafo, pero la creatividad era de ella”.

Al año siguiente Lucho regresó a su tierra natal, Ecuador, junto a Ileana, por invitación de Wilson Pico, quien dirigía el Frente de Danza Independiente en Quito, y con el aval de esta entidad presentaron su propuesta. Ahí se les unió el bailarín Terry Araujo. Pero fue más tarde, por medio de Schubert Ganchozo que Sarao llegó a Guayaquil. Se presentaron en la sala experimental del Teatro Centro de Arte con Los ángeles caídos de la noche. “No hubo mucha gente, la danza contemporánea no existía en Guayaquil”, dice. Un año después Ileana tuvo que regresar a Costa Rica y Terry a Quito.

“Nos unimos un grupo de artistas de disciplinas diferentes como Mirella Carbone, Marina Salvarezza, Jorge Parra y Tanny Flor”, cuenta Lucho. Juntos estrenaron Amor-tiguando, relatos de amor paranormales en el teatro Candilejas del Unipark. Esta unión de talentos es muestra del significado de Sarao, una palabra española que se refiere a tertulia o reunión de amigos que cantan y bailan. “Y eso es lo que ha sido, hay gente que ha venido, se ha ido, ha dejado su aporte. Y hay otras que han permanecido”, expresa.

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La falta de escuelas de danza contemporánea motivó a Lucho a priorizar la formación de nuevos bailarines. En 1992, Miguel Donoso Pareja, quien era el presidente de la Casa de la Cultura, lo invitó a dar un giro contemporáneo a la Escuela de Ballet y el equipo de Sarao asumió ese reto. “Decidimos hacer la sala grande un salón de enseñanza, donde la gente aprendía sobre lo contemporáneo. Era un sitio de experimentación”, indica. Ahí surgieron obras como Muerte Vieja, Tiempos de aceitunas y Crónica de luto cerrado.

Daniel Ortega, actual presidente de la Asociación Cultural Sarao, describe esta agrupación como la precursora de la danza contemporánea en Guayaquil.

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El apoyo de la Casa de la Cultura desapareció con el término del periodo de Donoso. Entonces Sarao decidió tener su propio espacio. Pusieron una escuela en la 9 de octubre. Pero fue el 25 de agosto de 1995, cuando se inauguró el centro cultural ubicado en la Kennedy, con No puedo verte triste porque me mata. Alquilaron el terreno y lo primero en construirse fue el salón de danza, ya que la prioridad era enseñar. Diana Moreno, quien era alumna de Sarao y estudiaba arquitectura, diseñó lo que hoy es el espacio y poco a poco se fue construyendo. Algunos artistas plásticos los apoyaron donando cuadros para que subastaran y consiguieran el dinero.

“Cuando íbamos reuniendo para poder comprar este terreno, vino la dolarización y ya no pudimos”, dice Lucho, que añade que de ahí en adelante para un colectivo de danza teatro sin apoyo institucional “ha sido difícil mantenerse en pie”. De hecho, tras 18 años el espacio aún es rentado.

El proyecto

La necesidad de tener un lugar propio aumentó cuando por problemas económicos estuvieron a punto de cerrar el centro cultural, hace aproximadamente tres años.

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Varios integrantes dejaron la asociación y perdieron dos festivales, Fragmentos de junio y el Festival de Artes, que nacieron en Sarao. “Un día extrañamente nos dimos cuenta que ya no nos pertenecían sino que fueron registrados con otro nombre”, lamenta Lucho, ya que estos festivales tenían mucha acogida y partida económica.

Por esta razón surgió la idea de crear una campaña que permitiera destinar un porcentaje de ingreso a una cuenta de Sarao hasta llegar al monto necesario para poder comprar la casa de la Kennedy en la que están ubicados actualmente.

Esta campaña denominada Casa propia para botarla por la ventana empezó en junio de este año. Un porcentaje de cada entrada es destinado para la campaña; y a pesar de tener solo tres meses, está dando resultados. “No podemos decir que ya tenemos el valor total, pero vamos por buen camino, la ayuda de la gente es primordial para el éxito de la campaña”, indica Daniel.

La realidad del espacio de teatro es que no pueden afrontar un año más de renta, según el presidente de la asociación, por esto, además de la campaña, Sarao sigue en busca de un préstamo para comprar la casa. Lucho asegura que algunos colegas y amigos han colaborado con el proyecto, por eso mantiene la esperanza de que alguna institución también lo haga.

“Queremos que este espacio sea nuestro para que siempre haya un lugar dónde hacer teatro, no por nosotros porque las personas somos efímeras, sino para dejárselo a los guayaquileños”, dice.

Por los 25 años

Septiembre en Sarao es el mes de la mujer y para celebrar los 25 años de aniversario y seguir con la campaña Casa propia para botarla por la ventana, habrá mucho teatro.

Esta es la décima edición de Encuentro de Mujeres en Escena, Tiempos de Mujer 2013, en el que participan varios grupos de teatro.

Daysi Sánchez y Alexandra Almeida presentarán Ensayo de vuelo, hoy a las 20:00. Valor $ 10. Desde Colombia llega el grupo Umbral con La que no fue, un monólogo dirigido por Carolina Vivas. El espectáculo será mañana a las 21:00. Valor $ 12. Bruma, del grupo Teatro del Cielo, culminará el encuentro el sábado a las 21:00. Valor $ 10.

Además también habrá títeres para niños con Anita von Buchwald, el domingo 22 a las 16:00. Entrada $ 7. Para terminar Hanoi Mueckay dará un concierto retro llamado The 90’s, el próximo viernes 27, a las 22:00. Valor $ 10. (Kennedy Vieja, calle Primera Oeste 313 y av. del Periodista).

18

años han pasado desde que se inauguró el local de Sarao, en la Kennedy.

Campaña

Desde junio Sarao comenzó con el proyecto Casa propia para botarla por la ventana, que tiene como objetivo recaudar fondos para tener un espacio particular.

Opiniones

Hay que recalcar que si Sarao sigue en pie hasta ahora, gran parte del logro se lo debemos a Lucho, él siempre nos ha dado esperanzas para seguir en esto”. DANIEL ORTEGA, presidente de la Asociación de Sarao

Sarao para mí es como una familia, algo muy cercano donde se baila, canta y se hace teatro. Merece tener un espacio porque lleva 25 años de arte vigente”. OMAR AGUIRRE, actor y encargado de los talleres

Este lugar ha sido mi casa, aquí empecé hasta formar parte del elenco. Todos aquí siempre me han abierto las puertas, por eso, mucho de mis logros se los debo. ÁNGELA ARBOLEDA, presidenta de Coorporación Imaginario

La mayor valía es haberse constituido como un refrente de las artes en Guayaquil. Es estimulante ver que con altos y bajos ha logrado mantenerse. LOLA MÁRQUEZ, comunicadora del Ministerio de Cultura