Los diarios 'The Washington Post' y 'The Guardian' ganaron este lunes el Premio Pulitzer al Servicio Público por informar sobre los programas de espionaje estadounidense con historias basadas en miles de documentos secretos que les entregó Edward Snowden, exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés).

Los premios son el reconocimiento más importante al periodismo que se otorga en Estados Unidos. La categoría servicio público reconoce "un ejemplo distinguido de servicio público meritorio de un diario o sitio de información", según las bases del premio. Los periódicos recibieron una medalla de oro.

'The Guardian' y 'Washington Post' publicaron a mediados del año pasado lo que posiblemente haya sido la historia más relevante de la década, sobre cómo la mayor potencia del mundo vigila a millones de personas en todo el planeta, en particular sus comunicaciones telefónicas y por Internet, fundamentado en interpretaciones secretas de leyes aprobadas después de los ataques del 11 de septiembre del 2001.

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Las revelaciones sobre este programa dejaron muy mal parado al gobierno estadounidense y le crearon graves problemas diplomáticos con sus países aliados, furiosos al descubrir que Washington espiaba incluso las conversaciones privadas de algunos de sus líderes.

El debate fue de tal magnitud que obligó al gobierno a revisar y modificar sus prácticas de recolección de datos.

Revelaciones

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Las revelaciones desataron un encendido debate en Estados Unidos sobre la privacidad y la seguridad, e hicieron que el presidente Barack Obama impusiera límites a la vigilancia.

"Estas publicaciones fueron más allá de la simple filtración de documentos", señaló Sig Gissler, director de los Premios Pulitzer, tras anunciar a los ganadores en una sala repleta de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia.

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El jurado del Pulitzer, cuya decisión sobre este tema era muy esperada, eligió recompensar a los periódicos -la versión para Estados Unidos del británico 'The Guardian' y el estadounidense 'The Washington Post'- en lugar de a los reporteros autores de los artículos.

La decisión recuerda el premio de 1972 otorgado el diario 'The New York Times' por haber publicado los famosos "Pentagon Papers" (los Papeles del Pentágono), documentos clasificados sobre el involucramiento político y militar de Estados Unidos en Vietnam.

Sig Gissler se encargó de precisar que el premio no estuvo "centrado en Snowden", sobre quien pesan acusaciones de espionaje por haber filtrado documentos secretos. El consultor se encuentra actualmente asilado en Rusia.

Reacción de Snowden

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En un comunicado, Snowden aseguró este lunes que el Pulitzer a 'The Guardian' y a 'The Washington Post' supone un reconocimiento para "todos los que creen que el público tiene un papel en el Gobierno" y destacó el valor de los periodistas que sacaron a la luz las informaciones.

"Se lo debemos a los esfuerzos de los valientes reporteros y sus colegas que siguieron trabajando pese a la extraordinaria intimidación", señaló el antiguo empleado de los servicios secretos estadounidenses, que aseguró que sin la apuesta de los diarios sus filtraciones no habrían tenido ningún efecto.

Labor periodística

Los reporteros de The Guardian que tuvieron un papel clave en la publicación de la historia fueron Glenn Greenwald, que ya no trabaja para el periódico y vive en Brasil, y Ewen MacAskill.

Barton Gellman, del Washington Post y ganador ya de dos Pulitzer, escribió la mayor parte de los artículos en el diario estadounidense.

Laura Poitras, una cineasta que sirvió como punto de contacto para Snowden, tuvo la inusual distinción de ver incluida su firma en las publicaciones de ambos periódicos.

"Estamos extremadamente orgullosos y satisfechos por haber sido honrados por el jurado del Pulitzer. Ha sido un año intenso, exhaustivo y a veces escalofriante de trabajo en esta historia", indicó a la AFP la editora en jefe de 'The Guardian US', Janine Gibson.

De su lado, el director ejecutivo de The Washington Post, Martin Baron, afirmó que las publicaciones "fueron absolutamente un servicio público" y que, sin ellas, los estadounidenses "nunca hubieran sabido cuán lejos se movió el país de los derechos individuales en favor del poder del Estado".