“Decir que lo que pasó antes con Chevron se puede repetir con Yasuní es falso... Hoy ninguna empresa es tan criminal y perversa como Chevron... El Estado ha avanzado bastante en la política ambiental petrolera, pero falta muchísimo todavía... Las empresas públicas y privadas aún no hacen lo que tienen que hacer frente al control ambiental. El Ministerio del Ambiente debe ser más fuerte en el control...”.