Como acto final de la Semana de la Familia, el domingo pasado, monseñor Antonio Arregui ofició una misa que sería una de sus últimas como arzobispo de Guayaquil, pues en diciembre lo relevará monseñor Luis Cabrera.

Aunque la misa estaba pactada para las 17:00, Arregui caminó de la entrada del Malecón Simón Bolívar por la calle Olmedo hasta el Palacio de Cristal en medio de decenas de fieles que no escatimaron esfuerzos por acercársele, pedir una bendición y tomarse una foto.

“La labor que ha hecho es de un buen pastor”, expresó Rocío Yancho, devota del grupo Juan XXIII de Sauces 8.

Publicidad

Durante el servicio, monseñor Arregui, quien está al frente de la Curia desde 2003, instó a los feligreses a ser “profetas” de la fe en toda actividad, aceptar las diferencias entre los movimientos católicos y rezar, incluso por los miembros de otras religiones.

“Conscientes de que esa diferencia, nunca perjudica la verdadera comunión, (ya que) vive de la misa, fe y las mismas metas”, dijo sobre las diferencias que pudieran surgir entre los movimientos católicos que justamente se congregaron en el encuentro.

A su vez, sobre el ejercicio de la palabra en base a las acciones diarias, señaló que como devotos “no nos toca juzgar a los demás, nos toca unirnos en todo lo que es bueno”.

Publicidad

Tanto en las desgracias como en las alegrías invitó a observar la Iglesia como un árbol que se va cultivando . “Que no gobierne la mezquindad”, aseguró.

Culminada la misa, con un minuto de aplausos, Arregui invitó a recibir con alegría al nuevo arzobispo, quien asumirá su cargo el próximo 5 de diciembre. (I)