Eran las 07:40 del 5 de febrero pasado en la cumbre del Chimborazo y dos equipos, de cuatro personas cada uno, trataban de emular las misiones geodésicas que se iniciaron hace 280 años con la llegada de Charles Marie de la Condamine a Ecuador.

A diferencia de esa primera Misión Geodésica de mediados del siglo XVIII, cuyo objetivo era medir la longitud del arco de la Tierra y así determinar su forma, esta tercera misión conmemorativa llegaba con equipo de punta para realizar una medición satelital de alta precisión y determinar la distancia desde el centro de la Tierra hasta la parte más alta del Chimborazo.

Varios cientos de metros más abajo de esta cumbre, diez personas, entre las cuales estaban científicos franceses y ecuatorianos de los institutos de Investigaciones para el Desarrollo de Francia (IRD, por sus siglas en francés), del Geofísico Militar de Ecuador (IGM) y del Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN), improvisaban una base, pues no tenían la experiencia, ni sus cuerpos la resistencia para el duro trayecto.

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“Somos investigadores, no andinistas”, cuenta Jean Mathieu Nocquet, geodésico del IRD que era parte de ese grupo que no alcanzó la cumbre, pese a que se preparó por tres meses subiendo a montañas como los Illinizas, Rumiñahui y Cayambe, en Ecuador; a los Pirineos, en Europa; y el Killimanjaro, en África.

Sentado en el glaciar, la complejidad del ascenso al Chimborazo, más aún imaginando las circunstancias limitantes que rodeaban a los años 1700, le habrían hecho entender a Nocquet por qué le llevó cerca de diez años a la primera misión francesa el determinar que la Tierra era achatada en los polos.

Nocquet explica que esta misión conmemorativa ideada por la Embajada de Francia, desde fines del 2015, tenía entre sus objetivos confirmar que el Chimborazo seguía siendo el punto más alejado del centro de la Tierra.

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Matthieu Perraul, profesor del IG-EPN, fue quien colocó en la parte más alta de la cima el GPS (Sistema Global de Posicionamiento) que por dos horas se conectó a 18 satélites de diversos países para recabar información.

Un mes después del ascenso, el análisis de los datos extraídos revelaba que los valores históricos que se manejaban en cuanto a la altura del Chimborazo de 6.310 m o de 6.268 m no eran los exactos. Ahora se confirmaba que la altura del macizo ecuatoriano, medido desde el centro de la Tierra, era de 6.384.415,98 m.

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Esto le significaba al Chimborazo seguir siendo el punto más alejado del centro de la Tierra, seguido del nevado Huascarán, en el centro de Perú, con el que tiene una diferencia de cerca de 40 m.

Según Nocquet, con la exacta medición de hoy, el volcán ecuatoriano está 1,8 km más alejado del centro de la Tierra que el Everest, monte asiático que sigue siendo el punto más alto de la Tierra. (I)