Los consumidores ecuatorianos se beneficiarán del acuerdo con la Unión Europea por varias vías. En primer lugar, la disminución de costos de maquinaria, equipos e insumos para la producción nacional permitirá a las empresas ecuatorianas mejorar su competitividad. Es decir, podrán tener una mayor oferta a menores precios lo que redundará en un beneficio para los ciudadanos.

Adicionalmente, la disminución de aranceles a bienes de consumo incrementará la oferta de productos europeos en el mercado doméstico. Frente a un incremento en la oferta, los precios se reducen no solo en los productos importados, sino también en la producción nacional. Esta disminución beneficiará a las familias ecuatorianas que contarán con mayores opciones de compra y a menor precio. Pero también beneficiará a los productores nacionales que tendrán un fuerte incentivo para invertir en mejorar su producción para seguir siendo competitivos en el mercado. De este desafío las empresas saldrán fortalecidas con una mejor capacidad de competir en el mercado externo.

Para el caso de los bienes de consumo duraderos (vehículos, muebles, electrodomésticos, etc.), la oferta ecuatoriana a la Unión Europea es realizar una desgravación con diversos plazos para 84% de las partidas y una liberalización inmediata a 8% de ellas. En los bienes de consumo no duraderos (alimentos, productos de limpieza, material de oficina, cosméticos, etc.), se desgravará a plazos el 53% de las partidas, 13% tendrá una desgravación inmediata y 18% una liberalización parcial (con cupos o con otras restricciones).

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Este acuerdo contribuirá a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos ecuatorianos considerando que la liberalización comercial no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para estimular el crecimiento y generar más empleo. (I)