Música a alto volumen, peleas entre borrachos, mujeres que se pasean por los portales con ropa provocativa y hombres que convierten los postes de alumbrado y los pilares de casas en urinarios improvisados son parte del escenario nocturno que describen los fines de semana algunos de los habitantes de los barrios de la zona centro- sur, donde funcionan bares, discotecas y salsotecas.

Más control policial y la reubicación de estos locales de diversión nocturna asentados entre las calles 6 de Marzo, Capitán Nájera, Cacique Álvarez y Gómez Rendón son los temas recurrentes entre los moradores y vecinos de esta zona, desde que la madrugada del pasado jueves se registró una balacera en el interior de la salsoteca El Faraón de la Salsa, donde fueron asesinadas dos personas presuntamente involucradas en el microtráfico.

En las calles Noguchi y Brasil, Coronel y Cuenca y en Cacique Álvarez y Brasil las luces azul y rojo se multiplicaban la noche del pasado viernes. Entre esos colores se leen los nombres de cerca de una docena de bares que ofrecen como música principal la salsa y algunos descubren en sus entradas el rostro del fallecido cantante puertorriqueño Héctor Lavoe.

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La llegada de los clientes se va dando de a poco. Algunas anfitrionas reciben a los clientes en la entrada y les ofrecen las mejores ofertas.

Un morador de la zona de Coronel y Cuenca indicó que en ciertas ocasiones hay mujeres que brindan sus servicios cerca de la medianoche.

“Nosotros nos encerramos temprano porque de noche esto se vuelve peligroso, porque vienen personas extrañas (...), escuchamos gritos, pero no nos asomamos”, comenta una moradora de Gómez Rendón y Coronel. Ahí funciona una discoteca, a una cuadra donde ocurrió el doble crimen.

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En las calles 6 de Marzo y Brasil, a cuatro cuadras del hecho, funcionan otras tres salsotecas. Una de las habitantes de este barrio dice estar cansada de los escándalos que se registran en el sector por la presencia de este tipo de negocios.

“A partir del jueves hasta el sábado es la bulla segura”, expresa la mujer que pide que sean trasladados a otra zona. En noviembre pasado ya hubo, cuenta, un muerto en uno de esos locales. Reconoce que el patrullero policial pasa por el sector en las madrugadas, pero el ambiente de inseguridad no cambia en el barrio.

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“Una vecina que tiene niños pequeños cierra las ventanas para no ver esos espectáculos (...), los borrachos se cruzan al frente para orinarse en las esquinas de los postes”, manifiesta otro habitante.

Otra ciudadana dice que desde el jueves hasta el sábado es “infaltable” la bulla en su barrio. Ella insiste en que se realicen controles más estrictos en estos locales de diversión nocturna.

El intendente Luis Fernando García, que ordenó el cierre definitivo de El Farón de la Sala por operar ilegalmente, ha advertido que se intensificarán los controles en la zona para garantizar el orden y la seguridad de los moradores. (I)