Por ahora no hay motivo para sonreír en la vida de la familia de Mónica, sobre todo en la de sus hijos. Steven es el hijo mayor de la mujer que fue atacada con ácido por su expareja el 5 de marzo del año pasado, en las calles 4 de Noviembre y Gallegos Lara, en el suburbio de Guayaquil.

No obstante, el joven de 21 años dice que no pierde la esperanza de que su progenitora recupere parte de la movilidad, a pesar de que se encuentra en estado vegetativo.

La lucha de esta familia más allá de concentrar sus esfuerzos en darle las comodidades a la mujer, también está dirigida a que se haga justicia. Ellos están indignados luego de que el Tribunal Único de Garantías Penales del Guayas, conformado por la jueza ponente Kelttya Martina López Burgos, Dora Vargas Troncoso y Polo Raúl Sarmiento, sentenciaran a Alfredo V. P. a 9 años y 4 meses.

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Una sanción que para ellos es mínima respecto de los daños recibidos por la víctima, según indicaron sus familiares.

“Me sentí impotente, se supone que es un intento de femicidio. Él quiso matar a mi mamá. Son 9 años y yo sé que si se porta bien puede salir en menos (tiempo)”, indica Steven.

Alfredo V. P. tenía problemas con Mónica por celos, contó Martha Córdova, quien también fue afectada por el ácido. La hija de Mónica sufrió quemaduras, aunque no de gravedad.

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Córdova indica que en el mes de septiembre le dieron el alta a su cuñada y que la mujer no puede valerse por sí sola.

“Le dieron el alta en el hospital como muerte cerebral”, contó Córdova. La familia de la víctima adelantó que apelará la sentencia. (I)