El catedrático, historiador y editorialista Enrique Ayala Mora participó el martes de la Cruzada contra la Corrupción que organizó la Comisión Nacional Anticorrupción en Guayaquil y comparte la idea de enjuiciar al expresidente Rafael Correa, no solo ante la Corte Penal de La Haya, como lo anunció el organismo, sino en las instancias locales.

¿El llamado a la movilización que hace la Comisión es por desconfianza en la justicia?
Si algo nos ha dejado como lección el correísmo, es que hay que desconfiar (...). Esta acción ratifica la autonomía de la sociedad y expresa la reserva de que en la Fiscalía no se está haciendo todo lo que debe hacerse para perseguir a los verdaderos responsables de la corrupción.

¿Y quiénes son ellos?
Hay que ir al centro de la corrupción en Ecuador, que ya queda determinado por una serie de indicios muy fuertes, que es el vicepresidente Glas; y en su momento habrá que ir a la fuente básica de un gobierno estructuralmente corrupto; es decir, a acusar a Rafael Correa de ser el jefe de la corrupción en el Ecuador...

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¿Con qué pruebas?
Eso se puede probar, no es cuestión de afirmaciones. Fíjese que acaba de regresar Abdalá Bucaram (Ortiz) al país, después de veinte años de haber sido puesto fuera del Ecuador, por un juicio en el cual se le acusó de haber firmado un decreto de emergencia que provocó un acto de corrupción que es el de la ‘Mochila Escolar'. De esos decretos Correa ha firmado más de cien, destinados a evitar que se sigan los trámites legales correspondientes para adjudicar la obra pública a dedo, eso es responsabilidad personal y directa del presidente de la República, que al firmar el decreto se volvió parte del proceso de corrupción que hay en las construcciones...

¿Los audios en los que se vinculan al excontralor y al vicepresidente con la corrupción podrían servir para vincular a Correa?
La reciente situación latinoamericana nos enseña que cuando comienzan las denuncias contra Odebrecht, terminan los exjefes de Estado personalmente implicados. De modo que ahora solo tenemos que esperar para que los indicios contra Correa comiencen a aparecer, incluso con la situación de que el fiscal (general, Carlos Baca), un correísta confeso, va a tratar por todos los medios de impedir que el proceso llegue a quienes debe llegar...

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¿No sería muy arriesgado que el fiscal actúe así?
Eso no va a suceder cuando una opinión pública haga la presión necesaria para que el fiscal cumpla su obligación...

¿Qué opciones tiene Glas?
Si se lleva adelante la investigación, va a tener como resultado que Jorge Glas quede enjuiciado...

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Bajo este panorama no convendría a Moreno una reconciliación con Glas.
A estas alturas las invitaciones al diálogo y a la unidad huelen a encubrimiento, huelen a complicidad, y las respuestas del presidente Moreno han sido que él no será cómplice. (I)