Actualizado a las 20:05 

Se sentían impotentes viendo a sus hijos vomitar y quejarse del dolor estomacal. Desesperadas, muchas madres salieron de las casas con sus pequeños en brazos y coparon la calle principal del recinto Sabana Grande, con la esperanza de encontrar a alguien que las llevara al centro de salud ubicado en la cabecera parroquial de Progreso a unos 30 minutos del poblado rural.

Algunos niños no podían ni mantenerse en pie, estaban deshidratados por la diarrea que les sobrevino apenas comieron arroz con pollo en un agasajo navideño que personas ajenas al recinto organizaron el jueves en la iglesia evangélica Dios de la Profecía.

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Ese es el escenario descrito por Mélida Chalén, madre de uno de los menores afectados, que se vivió cerca de las 15:30.

Patricia Álvarez, directora distrital de Salud de Playas, cantón ubicado a unos 20 minutos de Progreso, en Sabana Grande, dijo que ese brote de intoxicación alimentaria afectó a 157 personas entre niños y adultos. Ese hospital básico recibió a los intoxicados (el 80% niños de 2 a 13 años de edad).

No obstante, en un boletín publicado en su página web, el Ministerio de Salud señaló que fueron 166 las personas que reportaron los síntomas de intoxicación que no dejó víctimas mortales.

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La funcionaria dijo que la mayoría de pacientes fueron hidratados allí y a otros se los derivó a más centros médicos del cantón, de la provincia de Santa Elena y de Guayaquil.

“Se enviaron (derivaron) debido a que nuestra capacidad resolutiva ya también traspasaba debido al número de personas que acudían a nuestro hospital, mas no por una situación crítica”, expresó Álvarez.

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En el hospital de Playas se quedaron 50 pacientes, de los cuales 35 fueron dados de alta la noche del jueves y el resto, la mañana del viernes.

El hospital clínica Del Pacífico de Playas recibió a once afectados que hasta la mañana de ayer permanecían en observación, pero estables, según Álex Ruiz, médico que estuvo de turno.

Allí, Maricela Zamora, madre de un niño de 8 años, contó que su hijo llegó de la escuela el jueves y al ver el agasajo en el que estaban algunos de sus amigos acudió enseguida a la iglesia evangélica.

“Se cambió y hasta sin zapatos se metió en la iglesia”, refirió la mujer, al tiempo que comentó que al poco rato de haber comido los niños empezaron a vomitar una sustancia amarilla.

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Zamora mencionó que los organizadores del agasajo que consumieron el arroz con pollo también se pusieron mal, incluso uno de ellos se desmayó.

La mañana de ayer en Sabana Grande el ambiente era tenso. En la escuela Joaquín Gallegos Lara, donde estudia la mayoría de niños intoxicados, cerca de las 11:00 no había estudiantes, y entre los vecinos el tema de conversación era la ‘pesadilla’ en la que se había convertido el agasajo.

Mélida Chalén recordó que sacó a su pequeño de 9 años en un carro que salía de una de las camaroneras del sector. Ella estaba más tranquila, pues su hijo se encontraba estable y abastecido de medicamentos.

Una sensación distinta experimentaba Shirley León, quien al mediodía aún desconocía a qué hospital habían sido referidos su esposo, Víctor Medina, y sus tres hijos.

“Ayer (jueves) se fueron a Playas. Yo no pude ir porque me quedé con mi última niña de 6 meses, y ahora no sé a dónde los hayan mandado”, dijo. (I)

Caso en Riobamba

Cuarenta y cinco personas eran atendidas la tarde de ayer en Riobamba por supuesta intoxicación alimentaria, reportó Diario La Hora, que citó un reporte del Ministerio de Salud para sostener que el caso se registró en la Unidad Educativa San Juan. Indicó que 13 afectados estaban en el Hospital Provincial General Docente, 9 en el Básico de Colta, 4 en el IESS y 9 en el Centro de Salud Espoch. (I)