Los Astilleros, la primera gran actividad que identifica a la ciudad; las cofradías, que tenían un santo patrono y estaban dedicadas a actividades religiosas o culturales; y las instituciones de filantropía son algunas de las formas de corporativismo y de organizaciones societarias que marcan la historia de la sociedad guayaquileña.

Cada periodo histórico generó su propia forma organizativa, dice el sociólogo Gaitán Villavicencio. Son diferentes las que se fundaron en la época colonial, de la época republicana o en la modernidad, pero todas con ese mismo sentido de crear “esta corporatividad como una forma de defenderse, protegerse o ayudarse”, añade.

Actualmente, la Secretaría Nacional de Gestión de la Política, que tiene un Sistema Unificado de Información, registra en Guayaquil 4.744 organizaciones sociales, de las cuales 4.657 están vigentes, 85 disueltas y dos liquidadas.

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Ezio Garay Arellano, historiador y genealogista, menciona que cuando se funda el Estado ecuatoriano empiezan a surgir instituciones guayaquileñas como la Sociedad Filantrópica del Guayas, que reunía a gremios artesanales.

Después aparecen la Junta de Beneficencia, la Sociedad de Beneficencia de Señoras, las sociedades de carpinteros, de sastres, entre otros, que aún se mantienen.

“Todo este tipo de instituciones comienzan a formarse, las agremiaciones como una manera de ayudarse entre todas las clases sociales”, dice Garay que destaca la solidaridad de la sociedad guayaquileña.

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Según Villavicencio, también fueron producto de “una marcada ausencia del Estado y de una muy fuerte corporatividad que hacía, por la lejanía, que la propia sociedad civil con los gobiernos de cercanía resolvieran los problemas”.

Según la SNGP, el mayor porcentaje de organizaciones sociales está registrado en el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), con 50,17 %; seguido del Ministerio de Telecomunicaciones, 17,43 %; y en tercer lugar, el de Justicia, 11,21 %. Entre los de menor porcentaje figuran los ministerios de Educación con 7,63 % y de Salud con 4,17 %.

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En el primer grupo consta, por ejemplo, la Benemérita Sociedad Protectora de la Infancia, que nació el 5 de octubre de 1905, conformada por un grupo de personas que buscaba cubrir la necesidad de asistencia en el sur de la ciudad.

Ricardo Koenig, presidente de esta institución, manifiesta que la primera unidad que crearon fue el hospital León Becerra, que funciona hasta la actualidad en Eloy Alfaro y Bolivia, en los mismos terrenos donados. “El León Becerra existe 65 años antes de que haya un hospital público. Y esa es una característica que llama la atención en Guayaquil. El guayaquileño es solidario, desde el más pobre hasta el más rico”, destaca Koenig, un argentino radicado hace 46 años.

Además del hospital, la Sociedad Protectora de la Infancia da servicio a través del Hogar Inés Chambers, la unidad educativa San José Buen Pastor y la residencia Mercedes Begue.

La Junta de Beneficencia de Guayaquil, creada el 29 de enero de 1888 y registrada en el Ministerio de Salud, da atención a través de diez instituciones de carácter social, salud, educativo y otras.

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En sus cuatro hospitales, Luis Vernaza, de Niños Roberto Gilbert, de la Mujer Alfredo Paulson y el Instituto de Neurociencias, se supera anualmente los 4,5 millones de atenciones, según datos de la JBG.

Solca fue fundada el 7 de diciembre de 1951 y constituye uno de los principales centros de prevención, diagnóstico, tratamiento y paliación de cáncer en el país. También consta en el registro de Salud.

Los clubes rotarios también tienen presencia en la ciudad. Unos están registrados en el Ministerio de Educación y otros en el MIES.

Mariana Roldós, exdirectora y socia del Club Rotario Guayaquil, expresa que el ente opera hace 91 años y mantiene programas de salud, educación, donaciones, entre otros.

Hay agrupaciones nuevas, como la Asociación de Montubios Emigrantes Trinitaria, registrados en la SNGP, formada por un grupo de comerciantes que salieron del campo en busca de trabajo.

Irineo Santana, presidente de esta asociación, dice que decidieron agruparse con el objetivo de vender directamente al consumidor el producto de sus compañeros del campo, como arroz, maíz y hortalizas.

Por el momento, expresa, han logrado instalar las tiendas comunitarias y como asociación comprar a bajo costo el producto. Se manejan con autogestión. Tienen otros proyectos en carpeta, por lo que piden atención del Estado.

Reglamento
En octubre del 2017 el presidente Lenín Moreno derogó los decretos 16 y 739, expedidos por el expresidente Rafael Correa y que establecían requisitos para la personería jurídica de las organizaciones sociales, algunas de las cuales rechazaron la disposición al considerar que se coartaba la libertad de asociación.

En su reemplazo el mandatario emitió un nuevo reglamento (decreto 193) para el registro, para –agregó– evitar la tramitología innecesaria. La Secretaría Nacional de Gestión de la Política mantiene el Sistema Unificado de Información, como una herramienta de recopilación de información y consulta, señala el reglamento.

El futuro de la Junta de Beneficencia de Guayaquil será seguir atendiendo las necesidades insatisfechas de la población en el orden asistencial al menor costo posible”.Ernesto Noboa, director de JBG

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