El Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH) emitió un informe de la visita que realizó el pasado domingo al exvicepresidente Jorge Glas, quien está recluido en el centro de rehabilitación social de Latacunga.

Entre las observaciones de la CDH consta el progresivo deterioro del estado de salud de Glas, debido a la huelga de hambre que inició hace dos semanas como medida de presión para que se disponga su regreso a la Cárcel 4 de Quito, de donde fue sacado por razones de seguridad.

Billy Navarrete, secretario ejecutivo del CDH, indicó que hasta el momento la defensa de Glas no conoce del supuesto informe de inteligencia que justificó su traslado a Latacunga, el pasado 21 de octubre, después de la fuga del exsecretario de Comunicación, Fernando Alvarado.

Publicidad

De no existir dicho documento, dice Navarrete, se estaría atentando contra el derecho del exvicepresidente de estar recluido en una cárcel cercana al domicilio de la familia.

Sin embargo, César Montúfar, acusador particular de Glas en el caso de asociación ilícita, señala que Glas nunca debió estar en la Cárcel 4 de Quito, por ser un reclusorio estrictamente para policías y militares.

Montúfar indicó que se debe asegurar la atención médica de Glas, pero no ceder a la presión para el traslado a la capital. “Porque entonces todas las personas privadas de la libertad deberían declararse en huelga de hambre para que le trasladen a la Cárcel 4...”.

Publicidad

Navarrete sostuvo que durante la entrevista con Glas este dejó claro que no desistirá de su medida de presión. Confirmó, además, que el exvicepresidente goza de algunas consideraciones, como el estar en el pabellón transitorio, parecido a un centro de detención provisional, otros 30 privados de libertad, incluso mujeres.

El informe del CDH recoge que en la celda de Glas se habilitó un acceso (se rompió una pared) independiente hacia el baño, “tiene acceso a ducha con agua caliente, internet durante ciertas horas y agua embotellada; el pabellón brinda acceso a cabina telefónica...”.

Publicidad

Eduardo Franco, abogado de Glas, insiste en que se han violentado los derechos de su defendido, y pese a las observaciones del informe del CDH, asegura que no tiene privilegios.

La visita del CDH al exvicepresidente fue un pedido de su esposa, Cinthya Díaz, quien denunció las supuestas “condiciones de insalubridad e inseguridad que tiene en la cárcel...”.

Glas era monitoreado cuatro veces al día por médicos del reclusorio, y del hospital Carlos Andrade Marín, tras negarse inicialmente a ser llevado a un hospital. El Ministerio de Justicia informó que hasta ayer el exvicepresidente había recibido 85 atenciones médicas.

Pese a que el último chequeo médico demuestra que Glas está estable, según la cartera de Estado, ayer fue llevado a una casa de salud “para un proceso de alimentación intravenosa de líquidos y electrolitos...”.

Publicidad

Por seguridad, no se informó el nombre de la casa asistencial. (I)