Al menos 205 personas han muerto hasta el momento durante los combates de este mes entre facciones rivales que se disputan el control de Trípoli, la capital de Libia, informó la Organización Mundial de la Salud, al anunciar que desplegaría especialistas médicos, incluyendo cirujanos, para atender a los heridos.

Los enfrentamientos, que estallaron a principios de abril, amenazan con desencadenar una guerra civil similar al levantamiento de 2011 que culminó con el derrocamiento y muerte del dictador Moamar Gadafi.

Los combates también han obligado a Naciones Unidas a posponer de manera indefinida las pláticas de reconciliación que estaban planeadas para mediados de abril con el objetivo de encontrar la manera de sacar a Libia del caos en el que se sumió tras la salida de Gadafi.

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El portavoz de Naciones Unidas, Stephane Dujarric, dijo en Nueva York que “el número de muertes civiles, los ataques a propiedades civiles e infraestructura, aumentan preocupantemente”.

Ghassan Salame, el enviado de Naciones Unidas para Libia, informó en privado al Consejo de Seguridad desde Trípoli su preocupación por la proliferación de armas.

El embajador alemán Christoph Heusgen, actual presidente del consejo, dijo a los reporteros después de la reunión que estaba particularmente preocupado por los dos lanzamientos de cohetes hacia áreas civiles y señaló que “con la llegada de armas, el riesgo de escalada desde luego aumenta”.

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La OMS dijo el miércoles que enviará personal médico para atender a los heridos, que aumentaron a 913. Se desconoce cuántas de las víctimas eran civiles.

Los combates en torno a Trípoli se dan entre el Ejército Nacional de Libia, dirigido por el comandante Khalifa Hifter y alineado con un gobierno rival con sede en el este del país, y grupos afiliados al gobierno asentado en Trípoli que cuenta con apoyo de Naciones Unidas.

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División en Consejo de Seguridad de la ONU

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió el jueves para discutir sobre Libia sin establecer una estrategia clara para pedir rápidamente un alto el fuego a las partes beligerantes, mientras que Estados Unidos y Rusia continúan resistiéndose a un proyecto de resolución británico con ese fin, según diplomáticos.

Como propósito de la reunión figuraba "tener una visión de la situación en el terreno del enviado de la ONU, Ghassan Salamé", dijo el embajador alemán Christoph Heusgenbajo condición de anonimato.

Durante un enlace de video, el enviado dijo a los 15 miembros del Consejo que estaba "muy preocupado" ante la perspectiva de un estallido bélico este fin de semana, dijo una fuente del organismo. La lucha armada "se está acercando a las áreas residenciales" y "hay evidencia de refuerzos que llegan de ambos lados", agregó otro diplomático.

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Salamé también pidió al Consejo de Seguridad que tome una postura firme sobre las violaciones al embargo de armas impuesto para el escenario libio, según varias fuentes.

"La situación humanitaria es cada vez más difícil en las afueras de Trípoli", agregó el enviado de la ONU.

Algunos miembros del Consejo todavía quieren creer en la adopción de la resolución británica la próxima semana, otros desechan la idea.

"La resolución aún está en discusión", dijo el embajador de Kuwait en la ONU, Mansour Al-Otaibi. "Queremos un alto el fuego lo antes posible", dijo su homólogo sudafricano Jerry Matthews Matjila.

A pesar del peligro de una escalada, Estados Unidos y Rusia han reafirmado en la reunión del Consejo de Seguridad, según los diplomáticos, oponerse a la adopción de la resolución británica ahora. "No estamos listos", dijo el representante de Moscú, sin mucha explicación. En tanto, su par estadounidense expresó: "No queremos seguir adelante ahora".

Desde hace 15 días, el hombre fuerte del este de Libia, el mariscal Jalifa Haftar, sostiene una ofensiva militar sobre Trípoli. (I)