Ya lo dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, cuando el 22 de abril anterior afirmó que el coronavirus (COVID-19) “estará con nosotros durante mucho tiempo”. Se hace crucial entonces que sectores productivos como el del turismo se acojan a la tecnología para seguir funcionando.

Es cierto, nada será igual para los turistas, desde subir a un avión, hospedarse, estar en una playa, comer en un restaurante o visitar un museo. Algunos aeropuertos, como es el de la Ciudad de México, están implementando el uso de cámaras termográficas que permiten medir la temperatura a distancia de los pasajeros que entran y salen de la terminal aérea, algo que para los expertos se convertirá en algo común. También se habla de la telemetría o reconocimiento facial para identificar aquellos contagiados que no cumplen con la cuarentena. Esta herramienta podría ser útil, por ejemplo, para poder ingresar a un gimnasio, reservar un turno en la piscina, permitir que personas sanas visiten las playas o los restaurantes. En fin, no son tecnologías nuevas, pero serán imprescindibles los próximos años en destinos turísticos y evitar más contagios.

Patricio Tamariz Dueñas, máster en gestión de turismo sostenible, opina que la tecnología actual ayudará a transformar a lo que conocimos como prepandemia. “Específicamente en la modificación de los procesos de producción del turismo y la experiencia al viajero. Desde cómo se maneja la oferta con una mejor supervisión de gestión de riesgos biológicos, hasta la promoción y negociación con la industria extranjera, se han visto aportes interesantísimos en lo que se refiere a nuevos sistemas tecnológicos. Es importante conocer que ahora el sector turístico debe permitir que las nuevas tecnologías creen confianza, lo cual es crítico para cualquier reactivación económica”.

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Carla Ricaurte Quijano, Ph. D., profesora de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas de la Espol, da cifras de cómo la pandemia afectó al sector turístico. “De acuerdo con la Organización Mundial de Turismo, este año los ingresos globales por turismo se pueden ver reducidos hasta en el 80 % (1 trillón de dólares) con una pérdida de 120 millones de empleos a nivel global. En Ecuador la situación es similar y una reducción del 80 % supone una pérdida de casi 2 mil millones en ingresos de divisas por turismo, sin contar la redistribución de ingresos que se perderá por la falta de turismo doméstico. Definitivamente la gente se puede sentir más segura a la hora de visitar un destino turístico si se implementan herramientas tecnológicas en diferentes aspectos de la gestión turística y de la toma de decisiones, como por ejemplo manejo de visitantes en espacios abiertos y cerrados, distribución de información, nuevas formas de atención al cliente, sistemas de alerta de riesgos, análisis de segmentos de mercado y comportamiento del consumidor a través de Big Data”.

Imagen que refleja una cámara termográfica.

https://www.eluniverso.com/larevista/2020/08/11/nota/7937809/covid-cruceros-turismo-viajes

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Para los expertos consultados, las decisiones que se tomen para el uso de la tecnología no deben ser a corto plazo, es decir, estas deberán tener vigencia aun cuando la pandemia ya no represente peligro o haya una vacuna. Hay soluciones digitales como cámaras que permiten el conteo de personas (imágenes con machine learning) y que miden también la distancia entre personas. Algo muy útil en extensas playas, museos u otros lugares que congreguen un gran número de turistas.

En el caso del big data, Ricaurte define el uso de esta herramienta que consiste en el procesamiento de datos masivos (inteligencia de datos) para tratarlos adecuadamente. “Ayuda a que las empresas de turismo puedan diseñar experiencias a la medida de los visitantes, lo que es una corriente muy fuerte a nivel mundial. Por ejemplo, los hoteles ya no hacen habitaciones idénticas porque están claros que sus clientes no son idénticos entre sí. Con la pandemia, en cambio, se aplicará tecnología que monitoree la desinfección e identifique niveles de higiene en espacios claves en hoteles, restaurantes, aeropuertos y aviones. Adicionalmente se espera la adopción de formas de atención al cliente sin contacto, que es algo que se ha venido haciendo en ciertas cadenas hoteleras en Estados Unidos y Europa, donde los viajeros ya no se chequean en una recepción, sino en una especie de cajero automático sin tener interacción con nadie. La atención sin contacto incluye chat bots y robots que se encarguen de la atención al cliente y se espera que se extiendan a restaurantes y otras áreas de la industria. Sin embargo, si bien la pandemia puede empujarnos hacia los servicios de hotelería y restauración contactless (sin contacto), no hay que olvidar que es justamente el contacto con personas de otros lugares y otros países lo que hace del turismo una experiencia tan única y tan enriquecedora”.

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Sistema con cámaras IP para controlar el aforo de turistas en las playas.

En las playas de Barcelona, Telefónica desarrolló un software que utiliza los datos de un sistema de videovigilancia mediante cámaras IP con conectividad 4G para detectar en tiempo real el porcentaje de ocupación. Esta herramienta no graba imágenes y no almacena ningún dato personal, solo detectará las zonas del espacio que están ocupadas y cuáles están libres. Así se puede conocer el aforo permitido.

A través de nuestro celular la tecnología también es un gran aliado para promover soluciones que reduzcan al mínimo el contacto en hoteles. Con esto se quiere eliminar el elemento de fricción con opciones que van desde el pago sin contacto hasta poder ver el menú en la pantalla del teléfono escaneando un código QR, algo que ya se usa en comercios de comida locales.

Hay quienes indican que habrá un crecimiento en el uso de servicios de viaje virtual con ayuda de realidad aumentada y la gamificación como formas alternativas de experimentar los destinos. "Personalmente pienso que el turismo es una industria altamente flexible y resiliente y que luego de la pandemia vamos a tener una nueva explosión de viajes físicos similar al crecimiento sostenido que ha tenido el sector desde la segunda guerra mundial. La esperanza de muchos de nosotros que entendemos el lado negativo de la industria de los viajes, es que no nos enfoquemos en la recuperación del turismo, sino más bien que aprovechemos este tiempo para promover una transformación de esta actividad hacia formas más sostenibles, más responsables con la sociedad y con el ambiente, de manejar y vivir la experiencia turística. La tecnología sin duda será una pieza clave en esta transformación", destaca Ricaurte.

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https://www.eluniverso.com/larevista/2020/08/11/nota/7937947/cruceros-coronovirus-turismo

En Ecuador
Nuestro país no es ajeno a la implementación de tecnologías que ayuden a los negocios a mitigar el contagio. Tamariz cita un ejemplo ecuatoriano. “Para monitorear una operación segura, la plataforma Konfya de la empresa Inspectorio, que tiene el honor de ser mencionados por la Organización Mundial de Turismo como una solución para reiniciar el turismo en respuesta a la crisis del COVID-19”.

En el caso de la región, Tamariz comenta que, para la promoción turística, la única empresa latinoamericana con la oferta de una plataforma 3D virtual para feria y eventos es la de la empresa Ferias360. “Compite con las del mundo por su nivel bajo de demanda de la banda ancha. Comparada con otras plataformas virtuales 3D esta tiene dentro de sus capacidades comunicación vía videoconferencia”.

Esta plataforma, según Tamariz, está construida en lenguaje web y por ello no necesita de plug ins o aplicaciones para entrar, lo que genera una experiencia de usuario agradable por lo fácil de entrar y la fluidez de navegación. “Su competencia 3D inmersiva a nivel internacional necesita de descargas de plug-ins o aplicaciones pesadas, lo que podría provocar experiencias negativas en los usuarios, ya que estas necesitan además de un potente ancho de banda, un dispositivo actualizado y configurado para que funcione correctamente”.

Para el gerente de operaciones de Farallon Dillon y fundador de la Ruta del Sol (hoy del Spondylus), Douglas Dillon, la pandemia ha tenido también una parte positiva en cuanto al estilo de vida. Un ejemplo de esto, dice, se prevé que haya menos viajes corporativos, menos viajes burocráticos “por lo que esta gente tendrá que aprender a usar tecnología. En vez de gastar tantos viáticos deberán usar plataformas (virtuales) para mantener reuniones”.

Dillon cree que se debe invertir en tecnología, por ejemplo, tablets o PC para los saloneros “porque eso agilita bastante el trabajo”. También añade que se deben aprovechar las aplicaciones ya existentes. “Ya hay bastantes, por lo que se debe optimizar su uso”. Esto es aprender a usar aquellas redes sociales como Instagram, Facebook o Twitter.

Suite flotante de lujo Athénea.

Suite de lujo anti-COVID
Un ejemplo de cómo la tecnología y la ingeniería aportan en tiempos de pandemia es Anthénea, una suite flotante y ecológica que permite relajarse en cualquier mar, río o lago del mundo. Fue creada en Francia por un equipo de diseñadores navales, ingenieros y arquitectos cuya visión era crear una embarcación ecorresponsable y nómada para ecoturistas que no les guste el amontonamiento de gente. La idea es del diseñador naval Jean Michel Ducancelle, quien se inspiró en el filme de James Bond, La espía que me amó.
Ducancelle y su equipo trabajaron durante 15 años y ahora la venden a un precio de más de medio millón de dólares. Está equipada con un motor eléctrico silencioso, funciona con energía 100 % renovable, utilizando energía solar para flotar indefinidamente gracias a cinco paneles solares. En su interior se encuentran una cama circular de 220 cm de diámetro, un pequeño jacuzzi, un baño en su estructura central, sofás y gabinetes de madera. Las luces y las cortinas se controlan desde una tableta electrónica, y la estructura está rodeada por vidrios que permiten ver debajo del mar. En la parte superior hay una abertura que esconde una mesa rodeada de un sillón circular.