Soha Saade no había visto a su esposo desde las Navidades. La pandemia de coronavirus había mantenido a Jihad, de 44 años, en Nigeria, donde trabajaba lejos de su familia en Beirut. Una vez levantadas las restricciones de viajes, voló a casa con un nuevo sentido de urgencia: a su hija de 6 años se le había diagnosticado el mal de Hodgkin.