29.453 muestras como semillas, plantas in-vitro, o siembras permanentes de aproximadamente mil especies de plantas cultivadas y parientes silvestres, de diferentes cultivos de todas las regiones del país, se conservan actualmente en el Banco de Germoplasma del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap), uno de los cuatro bancos de agro-biodiversidad más grandes de América Latina.

Dada la importancia del Banco de Germoplasma del Ecuador, se enviaron 800 muestras de semillas de chocho, maíz, quinua y amaranto al Svalbard Global Seed Vault, mejor conocido como la “Bóveda del fin del mundo”, mediante el sistema de Black Box, fortaleciendo la seguridad y preservación de los recursos genéticos del país a nivel global.

Las autoridades del Iniap confirman que este envío garantiza que estas variedades, representativas de la diversidad agrícola ecuatoriana, estarán protegidas ante posibles amenazas como plagas, enfermedades o desastres climáticos, asegurando su disponibilidad para futuras generaciones y contribuyendo a la conservación mundial de la agrobiodiversidad.

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¿Qué es la Bóveda del fin del mundo?

De acuerdo con el Ministerio de Agricultura de Noruega, la Bóveda Global de Semillas de Svalbard es un depósito de semillas de cultivos de todo el mundo, ubicado en una remota isla noruega cerca del Polo Norte. Funciona como una copia de seguridad a largo plazo para la diversidad genética de los cultivos, protegiéndola contra catástrofes como desastres naturales, guerras y enfermedades que podrían ocurrir en bancos de semillas locales.

Su objetivo es asegurar el suministro futuro de alimentos de la humanidad, sirviendo como una póliza de seguro contra la pérdida de semillas en bancos de genes tradicionales. Se encuentra dentro de una montaña, a 130 metros de profundidad, para resistir eventos como terremotos, erupciones volcánicas y radiación.

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Es gestionada conjuntamente por el gobierno noruego, NordGen (el Centro Nórdico de Recursos Genéticos) y el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos (Crop Trust). Actualmente, alberga más de 1.35 millones de accesiones (colecciones de semillas), que representan más de 13 mil años de historia agrícola.

Reconocimiento de la FAO al Banco de Germoplasma

Por otra parte, por los importantes logros del Banco de Germoplasma, la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, ha presentado un Reconocimiento Global en Producción y Protección Sostenible de Plantas al Iniap.

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Mientras, entre noviembre de 2023 hasta finales de octubre de este año, se sumaron al Banco de Germoplasma del Iniap 670 nuevas muestras de 41 especies de plantas, consideradas importantes para la agricultura y la alimentación.

En este banco se encuentra la colección de cacao -producto emblemático de Ecuador- más grande de América Latina y con una gran cantidad de cacaos finos de aroma, con aproximadamente 3.400 muestras presentes en Los Ríos, Guayas y el Oriente.

Además, guarda colecciones de súper alimentos: quinua, chocho, maíz, papa, jícama, yuca, camote, oca, melloco, mashua, fréjol, zanahoria blanca, maní, ají, cucúrbitas; frutales como chirimoya, tomate de árbol, capulí, mortiño, naranjilla, plátano, taxo, maracuyá, macambo (cacao blanco), plantas medicinales, pastos, forrajes, entre otras.

También se conservan especies silvestres relacionadas a la papa, camote, fréjol, tomate riñón, tomate de árbol, berenjena, arroz, cacao, pasifloras y otros, las cuales son fuentes de genes para las variedades mejoradas del futuro. Los parientes silvestres son la mejor opción para adaptar los cultivos al clima cambiante y otras amenazas.

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“El Banco de Germoplasma del Iniap, conservado a través del Departamento Nacional de Recursos Fitogenéticos (Denaref), es fundamental para la agricultura y los productores del país”, dice Raúl Jaramillo, director Ejecutivo del Instituto, entidad adscrita al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGP).

El Director precisa que la conservación de semillas, tubérculos, frutales, especies nativas y especies silvestres relacionadas a los cultivos “es la base genética que garantiza la seguridad alimentaria de los ecuatorianos y la resiliencia ante el cambio climático y otras amenazas, ya que se incluyen materiales resistentes a condiciones bióticas y abióticas”.

César Tapia, responsable del Denaref, destaca que el Banco de Germoplasma, además, provee de material vegetal para la investigación, el mejoramiento genético y apoyo a productores, mediante la restitución de materiales a la agricultura familiar.

“Este trabajo tiene incluso un alto valor cultural y económico, pues preserva el patrimonio agrícola nacional y fomenta el desarrollo de productos sostenibles con identidad ecuatoriana. Las plantas que conservan este Banco son de gran importancia tomando en cuenta el alimento y sustento que viene de las plantas, esenciales para la seguridad alimentaria, la nutrición y el bienestar”, refiere Tapia.

Para resguardar la diversidad genética de sus colecciones, el Banco de Germoplasma aplica diferentes estrategias. Conserva semillas ortodoxas con baja humedad interna en cámaras frías (-15°C y -10°C) asegurando su viabilidad por largos periodos; preserva en el campo semillas, frutales, tubérculos y cultivos vegetativamente propagados, garantizando su regeneración natural, aprovechando que el Iniap tiene 7 Estaciones Experimentales y 5 Granjas Experimentales en el país.

Otro método de conservación es in vitro, en el cual se mantienen tejidos y plantas en medios de cultivo bajo condiciones estériles y controladas de laboratorio, facilitando su cuidado a mediano plazo; y finalmente, la crioconservación protege el material genético a temperaturas ultrabajas (-196 °C) en nitrógeno líquido, asegurando su preservación por tiempo indefinido sin pérdida de viabilidad. (I)