Imbabura llega a un mes de paralizada porque se convirtió en el centro de la protesta del paro indígena, y las empresas calculan que las pérdidas son de $ 70 millones y están en riesgo unas 20.000 plazas de empleo. Pero las pérdidas no es lo único que lamentan, sino el sentir abandono “a su propia suerte” de todos, incluso del Gobierno, y la falta de decisión para avanzar con los diálogos.