A través de redes sociales Ángel se enteró de Worldcoin y del “beneficio” que podría sacarle mientras durara el proyecto. Se unió y dejó que le escanearan el iris y ahora recluta a más personas para ganar criptomonedas, que representan $ 12 por cada referido. Lo toma como una fuente de ingreso momentáneo, como un hobby más que un trabajo.

Decenas de personas acuden a los puntos establecidos tanto en Quito como en Guayaquil, en donde la empresa Worldcoin ha establecido sus plataformas para escanear el iris a cambio de criptomonedas que luego se pueden cambiar por dinero en efectivo.

World ID: ‘Desarrollamos esta solución para diferenciar entre humanos y bots en línea’

Para ingresar, Ángel comenta que hay que descargar la aplicación de Worldcoin, la cual para acceder requiere un link o código que es facilitado por las personas que ya lo han obtenido previamente, “entonces es una cadena prácticamente”.

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Ese link lo envía directamente a descargar la aplicación, luego se registra y saca la cita en los puntos que desee. Con esa cita se acerca a la instalación en donde agendó la cita y con ello completaría el registro “como tal”, porque dentro de las instalaciones es otro proceso, menciona.

Ahora “ya ha bajado un poco” la afluencia, pero cuando recién empezó agendaba entre 20 y 30 turnos diarios, por ello la aplicación les otorgaba más o menos $ 12 virtuales por persona.

Explica que una vez que se cumple el proceso dentro de las instalaciones se deben esperar 24 horas para que se acredite el dinero virtual y de ahí puede acercarse a las casas de cambio, que “justamente a la vuelta está ubicada” o puede acercarse a personas como ellos. “Nosotros sabemos el manejo de cómo puede cambiar y nosotros le facilitamos el efectivo, en sí lo que nosotros hacemos es comprar la moneda virtual”, comenta.

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Una de las personas que brinda información sobre el proceso en los exteriores de una de las oficinas en Guayaquil explica que en la plataforma lo que tienen son billeteras virtuales, “en donde pueden ver el valor de la moneda, cuánto tiene, tal vez quieran hacer trading, invertir en otros lados”.

“¿Por qué la gente compra?”, le preguntó una joven que se acercó a consultar y le responde que “la gente compra porque sabe que en cualquier momento esta moneda se dispara y sube y pueden tener más”, y por ello recomienda “a la gente que el poco dinerito no lo canjee, que lo guarde, porque supongamos que de aquí a mañana, por ejemplo, la moneda suba a $ 10 y tiene 30, 35, 40 criptomonedas, cuánto va a tener”.

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Explica que por bajar la aplicación les otorgan tres monedas, por la verificación son diez monedas más, y cada quincena y fin de mes les dan otras tres monedas: “Son 65 moneditas durante el año”.

Ángel dice que ha escuchado bastante que hay un cierto tabú en Ecuador, que la gente teme que se vayan a quedar con los datos biométricos; sin embargo, señala que “no se van a quedar con ningún dato biométrico”, porque, una vez que la persona ingresa para que le escaneen el iris, se le explica lo que hace la empresa y se le da “la seguridad de que no se quedan con ningún dato biométrico, porque lo único que piden es la cédula como tal para ver que tenga la mayoría de edad y listo”.

Quien da información en los exteriores también asegura que el “iris solo se usa para saber que usted es una persona única” y que no afecta, que es “absolutamente falso el robo de información”.

Sin embargo, esto es cuestionado por expertos.

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‘Uno vende los ojos’. Cientos de personas permiten el escaneo de los iris por ‘bono’ en criptomonedas Worldcoin que luego cambian por dinero, en Guayaquil y Quito

Dudas por uso de datos

El docente de la Facultad de Ingeniería de Electricidad y Computación (FIEC) de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) Rafael Bonilla indica que el iris que “la empresa compra es parte de un conjunto de propiedades del humano” que se conoce como medidas biométricas, en lo cual entra la voz, la huella digital, el rostro, la geometría de las manos y el timbre de voz. “Todas las cosas que nos pueden describir como personas”.

Bonilla comenta que lo importante de estas medidas biométricas es que los sistemas de computación las utilizan “para generar una identidad digital para poder reconocer en un sistema”. Agrega que las medidas biométricas, como la huella digital o el rostro, las usan todo el mundo o la gran mayoría en los celulares para desbloquearlos.

“Estoy seguro de que a estas personas, si en lugar de ofrecerles comprarles el iris del ojo, se les ofreciera la huella digital, probablemente no aceptarían, porque tienen mucho más asociado el riesgo de vender la huella digital por el uso que le dan. Lastimosamente no saben que el iris es exactamente lo mismo, la única diferencia es que los sistemas que nosotros tenemos comúnmente no utilizan el iris para para registrarnos”. Y comenta que nada técnicamente “prohíbe o impide que a partir de mañana exista un cambio y que ahora todo el mundo comience a utilizar el iris” y estas personas, al haber entregado su iris, es como que les estuvieran comprando la huella digital.

Christian Espinosa, abogado especializado en ciberseguridad, privacidad y tecnologías, indica que para “Ecuador es absolutamente nuevo”, pero ya lleva un par de años haciéndose en otras partes. Agrega que es polémico por demás, especialmente porque están aprovechando una instancia en Ecuador en que todavía se tiene esta vacancia de operatividad de la autoridad de protección de datos como para establecer un mecanismo de control sobre lo que están haciendo o por lo menos guías y pautas adecuadas al respecto de cómo este tipo de procesos deberían de realizarse.

Espinosa añade que otras autoridades a nivel internacional han tenido diversas actuaciones frente a lo que hace la empresa. “El hecho de que se está recogiendo un dato tan sensible como el iris, que es un dato biométrico, que al amparo de la ley ecuatoriana es considerado como un dato sensible y necesita cumplir ciertos requisitos para poder ser desde recogida hasta utilizada... El problema es que esta actividad no cumple o parecería no cumplir al 100 % con los requisitos exigidos por la norma local e incluso por los estándares internacionales respecto del buen tratamiento de esos datos personales”.

Con ese panorama afirma que el hecho de tener que pagar un incentivo (criptomoneda) para recoger un dato sin mayor explicación respecto de para qué se van a utilizar esos datos o sin dar acceso a controlar los datos, que es lo que hacen las normas de protección de datos personales o exigen las normas de protección de datos, es lo que causa la polémica desde la perspectiva de protección de datos personales. (I)