Desde hace 25 años es parte de Corporación Favorita, donde comenzó como cajera de fin de semana en Supermaxi Cumbayá, cuando era estudiante de la carrera de Economía. “Empecé a mis 18 años, estaba en la universidad y un compañero me dijo que había una vacante. Primero fui cajera y luego asumí nuevas responsabilidades. Seguí estudiando hasta ser economista y pasé a las oficinas. Estuve en la parte financiera, importaciones, innovación y experiencia al cliente”, recuerda Lorena León, quien desde hace dos años es la directora de Fundación Favorita, que trabaja en cinco ejes: nutrición, educación, emprendimiento, equidad de género y ambiente.

¿Cómo se crea Fundación Favorita?

Tomando el legado histórico de Corporación Favorita, que venía realizando varios temas de responsabilidad social desde hace más de 70 años. Continuamos con esa labor y la ampliamos, al unirse como nuevos aportantes las otras empresas del grupo (son 30), como Bebémundo, Sukasa, TVentas, Kywi y Mr. Books. Con todos estos fondos empezamos a operar como una fundación de segundo piso.

Corporación Favorita, El Rosado y Santa Priscila vuelven a liderar el ‘ranking’ de empresas en Ecuador

¿Qué quiere decir eso?

Somos una fundación de fundaciones. No operamos directamente en territorio, sino que lo hacemos a través de las otras fundaciones en los distintos ejes: nutrición, educación, emprendimiento, equidad de género y ambiente. Para cada uno de ellos tenemos proyectos con distintas fundaciones o aliados.

¿Cuáles han sido los resultados hasta el momento?

Todavía estamos en continuidad con varios de los proyectos, pero el año anterior impactaron a 300.000 personas. Nuestra misión es mejorar la calidad de vida de las personas vulnerables del país.

¿Cuál es la forma de trabajar?

Tenemos un presupuesto que lo vamos distribuyendo en varios proyectos. Por ejemplo, en nutrición nuestro principal aliado es la Fundación Redni, con la cual trabajamos en desnutrición crónica infantil. Dotamos de proteína a madres gestantes y niños de hasta los primeros mil días de vida (incluida su gestación), porque el desarrollo del cerebro del niño se da en ese lapso. Queremos asegurarnos de que ese niño tenga la nutrición suficiente para el resto de su vida, que tenga una base.

¿La fundación dona los alimentos?

A los bancos de alimentos les donamos los productos que se sanean diariamente de los supermercados. Tenemos siete bancos de alimentos a nivel nacional, uno de ellos es Diakonía, que distribuyen a diferentes fundaciones u organizaciones.

A la Fundación Rendi, más que darles físicamente productos, les entregamos recursos económicos para que inviertan en proteína para las madres, quienes reciben su kit todos los meses, además de talleres de nutrición donde les enseñan cómo cocinar y aprovechar los alimentos del sector. Hay muchas mujeres en la parte rural del país, indígenas sobre todo, donde la desnutrición es marcadísima, pero ellas venden sus productos agrícolas y compran productos ultraprocesados que no alimentan. Ese pensamiento se está tratando de cambiar, de transformar.

. Foto: Cortesía
¿Qué acciones ejecutan en educación?

Trabajamos con varias organizaciones, en Guayaquil son muy conocidas la Fundación Niños con Futuro y la Fundación Unidos por la Educación. Empezamos con ocho escuelas y actualmente tenemos apadrinadas 40. A las escuelas se las deja hermosas, son pequeñas y a veces unidocentes, pero usan metodología tipo Montessori. Las otras empresas empiezan a unirse porque les gusta el proyecto y ya van como 400 escuelas beneficiadas a nivel nacional.

¿Cuáles empresas?

Empresas externas, por ejemplo Pronaca, que ayuda muchísimo a Rendi. Desde Corporación Favorita se impulsan los proyectos con sus proveedores para que puedan participar e invertir, porque también es parte de ser país.

¿Qué nos puede decir sobre el emprendimiento?

El emprendimiento en el país es altísimo, pero muchos caen. Para hacerlo sostenible, con la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI) se forman emprendedores, a quienes se les hace un acompañamiento integral, técnico y financiero. Se los ayuda, por ejemplo, a que sus empaques tengan registro sanitario, incluso se hace un estudio de mercado para saber dónde pueden ingresar sus productos. Con muchos de ellos ya se les está acompañando para que exporten a Panamá.

¿Asesoría para cualquier tipo de emprendimiento?

Por supuesto. Por ejemplo, hay uno que se llama De vuelta al centro, en Quito. A muchos emprendimientos emblemáticos le hemos hecho el acompañamiento para que renazcan con un nuevo impulso y así atraer el turismo al centro de la capital. Unos venden sombreritos, hay zapaterías con 100 años de historia y una señora vende helados de paila en su carrito. Son 34 emprendedores en la primera fase y vamos por la segunda.

Con la Fundación Activaos trabajamos tres aspectos: educación para el emprendimiento con chicos colegios, de 12 a 18 años, quienes compiten entre colegios por el mejor emprendimiento; la equidad de género se aborda con charlas para la buena convivencia y se trabaja mucho en los valores para lograr una mejor convivencia.

¿En qué ciudad están con Activaos?

Hemos estado en Guayaquil, Quito y Cuenca, las tres principales ciudades.

¿Cómo se trabaja en la equidad de género?

Desde la prevención, con el fortalecimiento de capacidades. Para las niñas, de 9 a 12 años, hay un programa en Guayaquil que se llama Girls in Tech, donde se les capacita en temas tecnológicos y se les enseña a programar. La intención es que aprendan que tienen alternativas a su vida, porque muchas de ellas piensan que se van a casar jovencitas, ser mamás y punto. Que vean que la tecnología no es meramente de hombres.

¿Qué es Tipti Tech?

Es más profesional porque son once meses de capacitación a mujeres, también en temas tecnológicos. Ahí se les enseña a programar ya con idiomas como Python. Si Tipti (app para compras sin salir de casa) tiene plazas de trabajo disponibles, las captan, pero también hay convenios con otras empresas para que entren a laborar. Con esto se evita que las mujeres caigan en círculos de violencia por dependencia económica, son independientes. Es como trabajar desde la prevención.

¿Qué es lo más gratificante de su trabajo?

Cuando miro hacia atrás me doy cuenta que muchas empresas se van uniendo y es muy reconfortante, pero a ratos también es un poquito frustrante porque las necesidades son tantas. Todo lo que se ve en el país, todo lo que nos piden y a veces no es posible. Pero dentro de lo posible trato de ayudar, si el presupuesto ya se cumplió y tengo mesas, sillas, etc., se pueden dar estos implementos. (I)