Ambato
Luego del operativo de control que se realizó el lunes al parque de diversiones en la parroquia Izamba, en el norte de Ambato, el intendente de Policía de Tungurahua, Paúl Viteri, informó que el local se clausuró.
En ese local, Pablo Valdés (43) sufrió una caída el 8 de junio al hacer uso de uno de los juegos no mecánicos, diez días después falleció en un hospital privado. La Fiscalía investiga el hecho.
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El funcionario indicó que se hizo la verificación de los permisos correspondientes y el establecimiento no contaba con el de la Intendencia de Policía.
Tenía presentado un documento sobre la eliminación de unos valores que estaban cargados en el sistema, pero no se ha solicitado el permiso, no consta en el sistema del Ministerio de Gobierno.
“Por esa razón, de manera inmediata, haciendo uso de las atribuciones que me corresponde, dispuse la clausura. En cuanto al tema del accidente que se ha suscitado y del lamentable hecho que ha habido posteriormente, no tengo nada que manifestar, porque eso le corresponde la Fiscalía General del Estado”, aseveró.
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Para la clausura no hubo oposición de la propietaria del local porque estuvo consciente de que operaba sin el permiso de funcionamiento, pero se le aclaró que los sellos no deben ser retirados ni tampoco abrir el negocio mientras dure la clausura, porque de hacerlo es un delito penal.
Viteri hizo el llamado a los propietarios de los locales para que obtengan los permisos de funcionamiento, porque no se tendrá reparos al momento de hacer cumplir la ley, porque para este tipo de establecimientos se debe contar incluso con un informe de gestión de riesgos, a base del que se entrega el aval de la Intendencia de Policía.
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Cristina Montero, jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) del Municipio de Ambato, aseveró que en la oficina no se ha recibido ningún documento o trámite con relación a la aprobación de los planes de contingencia ni de los de emergencia, para el funcionamiento del parque de diversiones en Izamba.
Todos los locales que van a ofrecer algún servicio a la ciudadanía, para que tengan todos los permisos en orden dependiendo de la actividad que van a ejecutar, deben contar con los planes de contingencia y de emergencia institucional. Este último sirve para garantizar la seguridad de quienes utilizan los servicios que ofertan los establecimientos.
En el plan de emergencia los dueños de los locales detallarán absolutamente todo el accionar que va a desarrollar su personal en el tema de conformación de brigadas para que esté preparado en el caso que suceda algo al interior del establecimiento.
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Luego, en conjunto con el Cuerpo de Bomberos se va a verificar que las instalaciones estén en óptimas condiciones, que las vías de evacuación estén expeditas, que tengan señalética, extintores, botiquines, entre otros.
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Montero indicó que también se solicita la ejecución de simulacros con el fin de verificar que el plan de emergencia esté operativo, es decir, que el local está en capacidad de brindar una pronta respuesta en caso de alguna eventualidad. “Pero como UGR no hemos recibido ninguna documentación”, reiteró. (I)
