Con los sonidos de la corneta se recibió este sábado, 10 de mayo, los féretros de los militares asesinados en el Grupo de Fuerzas Especiales n.º 53 Rayo.

En ese espacio de Lago Agrio se montó una capilla ardiente para recibir los restos de los uniformados que perdieron la vida cumpliendo su deber.

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Once militares murieron el viernes 9 de mayo en una zona de Alto Punino, en Orellana, cuando realizaban tareas de control contra la minería ilegal.

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El Gobierno vinculó este ataque al grupo Comandos de la Frontera, integrado por disidentes de las FARC.

Los cofres mortuorios llegaron en varias furgonetas hasta un canchón del Grupo de Fuerzas Especiales n.º 53 Rayo.

Allí, un grupo de militares realizó una calle de honor para recibir a los militares caídos.

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El Ejército indicó que luego de cumplirse las diligencias legales, los cuerpos de los 11 soldados que fallecieron en el ataque ocurrido en Alto Punino fueron trasladados al Grupo de Fuerzas Especiales n.° 53 Rayo para rendir un emotivo homenaje.

Militares llevaron en sus hombros los féretros de los militares asesinados.

“Sus compañeros de armas y autoridades militares despidieron a los soldados en la misma zona donde ofrendaron su vida en cumplimiento del deber”, indicó el Ejército.

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La institución señaló que los honores otorgados reflejaron el valor, la entrega y el sacrificio de quienes defendieron a nuestro país.

Hubo momentos dolorosos en la capilla ardiente, pues varios familiares de los uniformados llegaron al sitio.

En el lugar estuvieron el gobernador de Sucumbíos, autoridades locales y oficiales.

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Allí se resaltó la valentía de este grupo de militares que murió combatiendo actividades ilícitas.

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Los cuerpos de los militares se llevaron cerca de las 16:00 al aeropuerto de Lago Agrio para trasladarlos a Quito. Un avión estaba disponible para llevar los cuerpos y a los familiares.

En la pista de esa terminal hubo una breve despedida antes de embarcar los ataudes. “Soldado, por tu valentía, la Patria existe”, se indicó.

Antes de las 17:00, los cuerpos se trasladaron del aeropuerto de Lago Agrio a Quito.

Un uniformado que tomó la palabra dijo que se quedaban en Lago Agrio para combatir los grupos irregulares y dar con los responsables.

En la capital ecuatoriana se levantará una capilla ardiente en la escuela militar Eloy Alfaro.

Para mañana está previsto que los familiares retiren los cuerpos para que puedan sepultarlos en el lugar que decidan. (I)