<b>TULCÁN</b>En la parroquia fronteriza de Tobar Donoso, en el sector noroccidental del Carchi, en el límite con Colombia, el Bloque de Seguridad en coordinación con Inteligencia Militar y otras instituciones del Estado localizaron un laboratorio donde producían y eran procesadas sustancias sujetas a fiscalización. La posición geográfica, topografía e inaccesibilidad a esta sector, ubicado a más de 120 kilómetros de Tulcán, es aprovechada por grupos al margen de la ley de Colombia para la producción, acopio y transporte hacia los mercados internacionales. Esta nueva acción permitió identificar un laboratorio donde se realizaban los procesos de refinamiento de la droga y en el que pernoctaban quienes realizaban este aparente trabajo. La infraestructura artesanal estaba oculta en medio de la espesa vegetación y en un lugar apartado. Según los responsables de la exitosa operación de defensa externa, que realiza la exploración y vigilancia de la zona fronteriza, se identificó a esta base en el sector La Corosala, en la parroquia de Tobar Donoso, en el cantón Tulcán, provincia del Carchi. Las primeras informaciones oficiales dan cuenta de que esta infraestructura al margen de la ley pertenecía presuntamente a alias <i>Guasón</i>, encargado de coordinar la producción en esta parte de la frontera. El Ejército informó que este lugar fue neutralizado, quemado y destruido. Fueron inmovilizados 10 tanques de polietileno, 2 cilindros de GLP, 33 canecas de sustancias líquidas de ácido sulfúrico y 42 tanques de N-propil acetato. Los trabajos se realizaron por tierra y aire, con apoyo de helicópteros. Tobar Donoso no cuenta con carreteras, únicamente se puede ingresar por vía aérea o fluvial. Estos campamentos de producción de cocaína, bifurcados entre la espesa vegetación, comenzaron a instalarse en esa jurisdicción, que colinda con Esmeraldas y la zona costera del suroccidente de Colombia desde el 2008. En ese año fue localizada la primera infraestructura y desde entonces se cree que empezaron los tentáculos del narcotráfico a filtrarse en el noroccidente carchense. Estos laboratorios tienen ambientes de descanso, procesamiento, secado y prensado de coca, cocina y comedor. Son construidos de forma artesanal con madera y materiales de la zona. Utilizan generadores eléctricos para operar los equipos y maquinaria empleada para el procesamiento y refinamiento de la droga. El 20 de octubre de 2008 fueron identificadas las dos primeras bases de descanso de milicianos en esta jurisdicción y laboratorios que estaban bajo el control de grupos armados ilegales. En aquella ocasión además de equipos y laboratorios, se encontró una ametralladora Uzi de 9 mm, un lanzagranadas de 40 mm, 25 granadas de guerra de 60 mm, detonadores eléctricos y cartucheras. En esos espacios había compresores, un destilador, equipos de comunicación, un generador eléctrico y 200 revistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los milicianos habrían huido hacia la selva y cruzado el río internacional Mira hacia Colombia. El 5 de octubre de 2020, se llevó a cabo una operación en la que participaron tres naves aerotransportadas y simultáneamente los uniformados ecuatorianos lograron destruir un gigantesco laboratorio de procesamiento de drogas. Pertenecía, presuntamente, al grupo armado organizado residual (GAOR) Oliver Sinisterra, que producía cuatro toneladas de cocaína refinada al mes. Este habría sido uno de los operativos más exitosos del Ejército y la Policía Nacional por la naturaleza del equipamiento con el que disponían en ese momento. El 11 de mayo de 2021, en cambio, se destruyó otro laboratorio que producía entre tres y cuatro toneladas de coca por semana. La producción se realizaba en un campamento clandestino, junto a las márgenes de los ríos Mira y San Juan. Este espacio tenía áreas de descanso, cocina, zona de secado, equipos y maquinaria utilizada para el refinamiento de las sustancias prohibidas, que salían por los afluentes internacionales hacia la costa pacífica ecuatoriana. El 29 de enero de 2023, en cambio, cerca a la reserva indígena Awá, en La Tarabita fue hallada otra infraestructura que era controlada por grupos irregulares de Colombia y producía media tonelada de cocaína semanal. <b>(I)</b><br/><br/>