TULCÁN

Los ponchos, ruanas, chales y chalinas son prendas ancestrales propias del vestuario carchense. No sólo son utilizadas para protegerse del frío andino de este sector en la frontera ecuatoriana-colombiana, sino para lucirlas en ocasiones especiales.

Los ponchos y ruanas son tejidos a mano con lana de borrego o fibras de algodón en telares de madera o con agujones de metal o madera.

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Mientras que los tradicionales chales o chalinas, que visten las mujeres, son elaborados con hilos especiales en máquinas de tejer o artesanalmente con agujetas. Los más finos, en cambio, son confeccionados en tejido de punto o crochet con agujas.

Cada poncho es una pieza única, tejida a mano con dedicación y amor, dice Rosa Ortega, mujer de 72 años, quién asegura que se estaba perdiendo esta tradición.

Para rescatar el uso tradicional y la historia de estas prendas la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Carchi organizó una tarde de ponchos. Armando Reyes, gestor cultural de la institución, recalcó que esta “es la vestimenta perfecta para mantenerse abrigado con estilo”.

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Con la actividad, que se realizó el 1 de agosto, se buscaba incentivar el uso de estas prendas.

Los asistentes llegaron luciendo ponchos, ruanas, chales y chalinas confeccionados en diversos materiales y varios estilos. Foto: Ricardo Cabezas

La propuesta tuvo una gran respuesta, más de un centenar de actores culturales y ciudadanos llegaron desde varios sectores de Tulcán y otras ciudades carchenses, presumiendo ponchos, ruanas, chalinas y chales de diversos colores, hermosos diseños y de diferentes épocas.

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Premian a los mejores ponchos

Durante el evento se contaron historias sobre este tipo de atuendo, sus orígenes y formas de confección, en una suerte de rescate del patrimonio de esta vestimenta propia de la serranía ecuatoriana.

Los más jóvenes arribaron a esta programación con ruanas personalizadas en las que constaban figuras de lugares o animales emblemáticos del Carchi e impreso el infaltable 04 (dígitos iniciales de la cédula de los carchenses), que se ha convertido en la marca provincia (Carchi).

El grupo de música campesina, dirigido por Lucho Franco puso la nota de alegría e invitó a bailar a los asistentes. Foto: Ricardo Cabezas

Poncho otavaleño, mezcla de culturas y tradiciones

Luis Rosero Mora, director de la CCE Carchi, dijo que esta iniciativa abrió Agosarte 2024, que cada agosto tiene una agenda cultural diversa. Para Rosero esta propuesta busca una imagen de identidad y promover en el futuro la cultura y el turismo, como sucede en otros países.

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“Los carchenses somos poncho y chalina y queremos que esta costumbre no se pierda con la modernidad y que surjan emprendimientos que perfeccionen estas prendas nativas”, añadió. Todo Norte es un emprendimiento de jóvenes de San Gabriel que promociona la marca 04 en camisetas y gorras.

Desde hace un año incursionaron en la confección de ponchos personalizados con motivos del paisajismo, fauna y flora carchense, en un espacio privilegiado de la prenda va el 04. Este colectivo recepta pedidos del interior del país y de carchenses residentes en Europa, EE.UU y Asia.

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En la primera edición de la Tarde de Ponchos se premió al poncho más antiguo, al poncho más vistoso, al poncho que resuma una historia y la chalina con mejor diseño. Una de las concursantes vistió un poncho elaborado hace 80 años, causando sensación.

La propietaria contó la historia de este traje y cómo llegó a sus manos. Para ella es una reliquia y la mejor herencia de sus abuelos. La programación fue amenizada con música campesina interpretada por el grupo de Lucho Franco y con la presentación del grupo de danza Tulcanquer.

Los presentes disfrutaron de los tradicionales hervidos, bebida caliente con licor.

Esta programación aspiran institucionalizarla para evitar que desaparezca la costumbre del uso del poncho, ruana, chal o chalina, vestuario acogedor, amigable y llena de historia, adelantó Luis Rosero. En la programación se hizo la develación de una escultura tallada en un árbol vivo, obra realizada por el plástico Hugo Montenegro.

Desde la semana anterior este es el nuevo atractivo del complejo cultural de la Casa de Carrión. Montenegro explicó que para realizar este trabajo solicitó los permisos a las autoridades ambientales y que el tallado respetó la estructura del arbusto. (I)