La ‘coyotera’ que le ofreció el viaje a Estados Unidos lo dejó abandonado en el desierto de Sonora, uno de los 31 estados mexicanos, fronterizo con el país del ‘sueño americano’ y compuesto, básicamente, por desiertos semiáridos en los que la temperatura puede llegar a los 48 grados centígrados.
Orlando Roberto C. salió de Ecuador el 18 de julio del 2022. Su esposa, Jeanette Silvana O., recuerda que no quería que él emprendiera ese viaje. “La señora Alexandra le ofreció sacarle del país, que le iba a cobrar $ 18.000, y que iba a salir con mi hermana y su hija de 4 años, pero al final mi hermana y su hija pequeña no salieron, se arrepintieron”, contó Jeanette en el juzgado en el que denunció a la traficante que estafó a su familia.
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Su esposo estaba endeudado, mientras que su hermana buscaba mejores oportunidades para ella y su hija. “Ahí fue que la señora Alexandra se ofreció a coger nuestra casa como parte del pago, por lo cual le entregamos las escrituras de nuestro domicilio y, además, nos hizo firmar una letra de cambio por la cantidad de $ 33.000. Mi hermana además le entregó $ 1.860 en efectivo, dinero que a pesar de que mi hermana no viajó, no le ha devuelto”.
Quince días después del viaje, la primera semana de agosto del 2022, Orlando Roberto se comunicó con su esposa. “Me indicó que estaba en Tapachula, por la frontera con México. Casi al mes él llega a Sonora, ahí me cuenta que la señora Alexandra lo va a mandar por el desierto y que el trato no era por ahí. Ya mi esposo no quiso pasar el desierto, se arrepintió”.
Orlando Roberto se entregó a las autoridades mexicanas y fue detenido en Sonora, mientras su esposa lloraba y le rogaba a la coyotera que le ayude a regresar al Ecuador. “Pero esta señora no quería ayudarme, me decía que no podía hacer nada, que mejor vea cómo hago para traerle a mi esposo”, declaró Jeannette Silvana, una ambateña que reclama, por la vía judicial, los $ 18.000 pagados a la coyotera, la letra de cambio por $ 33.000 y las escrituras de su casa que fueron la garantía del frustrado viaje a EE. UU.
Con estos métodos de pago -dinero en efectivo, documentos de crédito o las escrituras de una propiedad- los viajeros financian la migración irregular, un lucrativo negocio que representa grandes ganancias para los traficantes y las redes criminales establecidas en la ruta a EE. UU.
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Un cálculo austero permite dimensionar los ingresos anuales del tráfico ilícito de migrantes. “Tomando en cuenta los números que tenemos, y las estadísticas que ha dado Estados Unidos, si el viaje promedio cuesta $ 15.000 y en una operación sencilla multiplicamos los $ 15.000 por los 117.487 ecuatorianos deportados el año anterior, estamos hablando de $ 1.762 millones que movió la migración irregular, solo con ese grupo de personas”, explica William Murillo, presidente ejecutivo de la empresa 1-800 Migrantes domiciliada en Estados Unidos y que se dedica a dar asesoría y representar legalmente a migrantes y a sus familias de Latinoamérica.
En la cifra dada por Murillo ($ 1.762 millones) no constan los ecuatorianos que no fueron deportados y que se establecieron en Estados Unidos. “Es exactamente lo que sucede con las drogas, la Policía hace una rueda de prensa porque han incautado 20 toneladas en un operativo, ¿cuántos operativos necesitan para detener el tema de la droga en Ecuador? Lo mismo pasa con los migrantes, detuvieron a 10.000, pero ¿cuántos cree que pasaron? Si esto es un negocio es porque la gente pasa”, comentó el representante.
Por cada migrante ecuatoriano deportado, Murillo estima que por lo menos dos llegan a Estados Unidos, es decir, que a los $ 1.762 millones que pagaron los deportados habría que sumar el doble, $ 3.524 millones, cantidad cancelada por los migrantes que no fueron deportados de suelo americano.
La suma de ambos valores alcanzó en 2023 la astronómica cifra de $ 5.286 millones, una cantidad que supera la deuda actual que históricamente tiene el Estado con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) por los servicios de salud a los afiliados, y que se ubica en $ 5.036 millones. De esta deuda, el Estado apenas pudo transferir $ 50 millones al IESS el pasado 4 de julio.
Con el dinero que movió la migración irregular el año pasado, $ 5.286 millones, fácilmente se podría cancelar los $ 1.000 millones que se adeuda a los municipios, pagar los $ 700 millones a las prefecturas y cubrir el pago de $ 3.092 millones que el gobierno de Daniel Noboa ha previsto destinar para subsidios este año 2024, entre ellos el de los combustibles, que le representaba al presupuesto estatal $ 631 millones anuales, y que fue eliminado por el actual régimen el pasado 28 de junio.
En las ingentes ganancias del tráfico de migrantes no se incluyen, por ejemplo, los montos destinados al pago de rescates cuando los viajeros son secuestrados por organizaciones delictivas como el Clan del Golfo, la de mayor presencia en México y países fronterizos.
Elizabeth Páramo y Sebastián Carrera, dos cañarenses que viajaron con coyoteros en 2021, fueron secuestrados en el poblado de San Pedro Soloma (Guatemala) y durante un mes sufrieron torturas, falta de alimento, maltratos, hasta que sus familias pagaron los $ 20.000 - $ 10.000 por cada uno- que exigían los secuestradores.
“Cuando llegamos a San Pedro Soloma nos esperaron carros blindados, con metralletas, nos hicieron bajar empujándonos, nos llevaron a un lugar apartado, en una casa de tierra y había tuzas de choclos, nos torturaban, nos hacían tomar la misma orina”, relató Elizabeth a las autoridades tras su retorno al Ecuador.
A fines de junio pasado, 1-800 Migrantes reveló un secuestro masivo de seis ecuatorianos -4 menores de edad- cerca de Durango, México. En su boletín informativo señaló que el secuestro sucedió la madrugada del lunes 17 de junio y que los captores exigían el pago de $ 4.500 por cada uno como rescate. “Nos dijeron que cuando paguemos el rescate los van a soltar en ciudad Juárez. De dónde voy a sacar $ 27.000 para rescatar a mi familia”, contó un pariente de los compatriotas secuestrados.
Estadísticas no oficiales registran 241 secuestros de ecuatorianos de enero del 2023 a junio del 2024, mientras que 1-800 Migrantes registra a diario dos solicitudes de ayuda por esta causa.
“El ánimo de lucro de las personas que facilitan el desplazamiento transnacional es el elemento central que diferencia el delito del tráfico ilícito de migrantes, y es precisamente el interés económico el que ha fortalecido a la delincuencia organizada en los países de origen, tránsito y destino”, señala un informe denominado Plan de Acción Contra el Tráfico Ilícito de Migrantes 2024-2030, elaborado por el Ministerio del Interior del gobierno de Daniel Noboa.
Este documento analiza el impacto socioeconómico del coyoterismo en Ecuador y menciona que “esta actividad es altamente rentable. Desde sus inicios involucró a múltiples actores locales comprometidos en torno a tránsitos irregulares. Se han configurado redes basadas en la confianza y la financiación usuraria para posibilitar los tránsitos clandestinos. Traficantes, prestamistas y otros actores (incluyendo abogados, falsificadores de documentos, intermediarios, agentes de viajes, funcionarios de oficinas gubernamentales) han formado parte de una amplia red social lucrativa”.
Este informe ubica entre $ 18.000 a $ 20.000 el costo promedio de un viaje irregular a Estados Unidos. “El monto por pagar dependerá de las formas de paso que se quiera contratar, las rutas, los lugares de destino en Estados Unidos. A través de los más de 3.000 kilómetros de frontera, existen incontables puntos de cruce (…) Los viajeros pagan como mínimo $ 15.000, la mitad del dinero pagan en Ecuador y la otra mitad cuando llegan a México”, señala el Plan de Acción Contra el Tráfico Ilícito de Migrantes.
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La migración irregular es una fuente de lucro para las mafias que operan tanto en el país como en el camino, analiza José Iván Dávalos, jefe de División de la Organización Internacional de Migraciones (OIM) en Ecuador. A los viajeros se les promete, a cambio de una cantidad de dinero llevarlo a Estados Unidos, pero “como es una salida no controlada, irregular, son víctimas de timadores, de mafias, de gente inescrupulosa, gente que no repara en desaparecer o violarte tus derechos más fundamentales, incluyendo la vida”.
El viaje del ambateño Orlando Roberto casi le cuesta la vida. En una prisión para indocumentados de Iztapalapa, en la capital mexicana, estuvo detenido por dos meses hasta octubre de 2022, cuando recuperó su libertad, pero tuvo que pedir caridad para reunir dinero y ‘por su propios medios’ retomar su camino a EE. UU.
“Pasó por el desierto cinco días y se perdió en este lugar. La Patrulla de Texas le encontró botado en el desierto y le llevaron preso ahí también. Mi esposo pasó dos meses preso en Texas y un tío le ayudó a llegar a Estados Unidos”, relató Jeanette Silvana, quien asegura: “Lo único que quiero es recuperar los papeles de mi casa, la escritura, y la letra de cambio por el valor de $ 33.000 firmados por mi esposo y por mí”. (I)
