Una calle de honor recibió la noche de este sábado, 10 de mayo, los féretros de los once militares que fueron asesinados el viernes en el Alto Punino, en Orellana, en la Amazonía ecuatoriana.
El ataque se habría dado con explosivos, granadas y fusiles durante una operación reservada de control minero que el Ejército ecuatoriano ejecutaba en la zona.
Con honores se despide a militares asesinados en el Grupo de Fuerzas Especiales n.° 53 Rayo
El general Henry Delgado, comandante del Ejército, señaló que en el operativo se iban a cumplir cuatro objetivos.
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Indicó que tras el desembarque en un punto seleccionado avanzaron hacia el objetivo, procedían a la destrucción de maquinaria y limpieza del área, cuando fueron atacados por Comandos de Frontera que tienen una alianza con el grupo delincuencial Los Lobos.
El oficial indicó que se ha reforzado el área con apoyo de la Fuerza Aérea, patrullajes fluviales y hay coordinación con la Policía para el control de vías.
Expresó que actuarán con firmeza.
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El ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, mencionó que habrá respaldo en vivienda, salud, educación a los familiares.
Los cuerpos sin vida llegaron al hangar de Petroecuador, en el aeropuerto Mariscal Sucre en Tababela pasadas las 19:00, y uno a uno empezaron a ser bajados por seis militares mientras una banda interpretaba canciones fúnebres. Sobre los féretros se habían colocado banderas del Ecuador.
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Antes, en Sucumbios, fueron despedidos en una unidad militar en un acto de simbolismo y entrega.
Ya en Quito, cada uno de los féretros fueron colocados en un vehículo que los trasladó a la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro (Esmil), en el sector de Parcayacu, norte de la capital.
Familiares de los militares esperaban en uno de los salones de esa escuela de formación castrense para después pasar al casino de cadetes, donde se instaló una capilla ardiente. (I)