LAGO AGRIO
Lo que parecía un traslado de rutina de una mujer en fase activa de parto desde la ruralidad hacia un hospital de Nueva Loja (Lago Agrio) se convirtió de un momento a otro en un alumbramiento inminente en una ambulancia del Cuerpo de Bomberos de esta ciudad.
Katherine Campoverde, paramédica de la unidad, debió solicitar al conductor del vehículo detener la marcha y estacionarse para que se baje de la cabina e incorpore al habitáculo asistencial o área de atención, donde estaba la gestante y su madre.
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El propósito del llamado, dijo Katherine, fue que su compañero Miguel Salas, el conductor de la unidad, hiciera el acompañamiento en el parto que se realizó en el interior del automotor, en la carretera.
Para Miguel, bombero de profesión, se trató de un momento y experiencia inolvidable y llena de solidaridad.
El hecho ocurrió la noche del pasado viernes 18 de abril, alrededor de las 21:30, luego de que el ECU911 alertó sobre la emergencia obstétrica en el barrio Corazón de Jesús, en la parroquia Santa Cecilia, a 36,2 kilómetros de la ciudad de Nueva Loja, en Lago Agrio.
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La furgoneta que brinda atención ambulatoria debía utilizar a gran velocidad unos 12 minutos hasta llegar a la casa de salud, pero se adelantó el parto, después de haber recorrido el automotor 3 kilómetros.
Ante la emergencia, la paramédica se activó debido a que el nacimiento no podía esperar y tenía que atenderse en ese lugar.
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“No había tiempo que perder y teníamos que actuar pese al reducido espacio y no contar con toda la infraestructura”, comentó Katherine.
La madre, de 25 años, indígena del sector, colaboró con la intervención, más aún cuando presentaba 10 centímetros de dilatación y esta atención singular debía realizarse urgentemente.
“Nuestra consigna fue brindar la atención médica completa tanto al bebé como a la madre, en condiciones seguras dentro de la unidad”, indicó Campoverde.
En medio de las luces que emitía la baliza de la ambulancia y la destreza del reducido equipo (paramédico y bombero), la mamá dio a luz al bebé, que presentó perfectas condiciones.
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Una vez estabilizados, el neonato y su progenitora fueron trasladados al hospital General Marco Vinicio Iza, de Nueva Loja. Ahí, personal de Pediatría y Neonatología los esperaba para continuar con el protocolo de atención correspondiente.
Se trata del tercer hijo de la mujer, pese a su joven edad, sin embargo, no se habría realizado durante los nueve meses ningún tipo de examen, es decir, no hubo seguimiento al embarazo.
Ella y su madre esperaban una niña, tenían su nombre, pero al ser un varón habrían señalado que iban a decidir cómo le llamarían.
La emoción de madre y abuela eran indescriptibles, ya que el niño lloraba fuerte y nació sano en un 100 %, indicó Katherine, quien comentó que era su primera vez en este tipo de atención.
Para las autoridades de salud se trató de un milagro sobre ruedas, haciendo alusión a este inusual parto que permitió el alumbramiento de una nueva vida en una ambulancia bomberil, evidenciando este acto que el personal de rescate está altamente preparado para este tipo de contingencias.
“En el Cuerpo de Bomberos de Lago Agrio amamos la vida y ponemos todo nuestro esfuerzo y recursos para cuidar de ella”, señaló orgulloso Dionisio Encarnación, comandante del Cuerpo de Bomberos de Lago Agrio, quien destacó el compromiso y profesionalismo de su personal en situaciones de alta presión como la que vivieron Katherine y Miguel. (I)