El ver constantemente casos de perros y gatos que son víctimas de abandono o maltrato, y las necesidades que estos atraviesan, es lo que motivó a estudiantes de la maestría en Comunicación con mención en Comunicación Digital de la Universidad Casa Grande, junto con la fundación Refugio PANA, a emprender la campaña de concientización sobre el abandono animal denominada “Ponte en mis patas”.

La iniciativa que se ha puesto en marcha a través de las redes sociales (@fundacionrefugiopana) no solo busca exponer una realidad dura para los animales que deambulan en la calle, sino que también, mediante la experiencia sensorial, invita a imaginar cómo se sienten cuando tienen frío, hambre o, en el peor de los casos, son atropellados.

“Creemos que la experiencia sensorial es una manera diferente de generar conciencia en la sociedad en general, porque buscamos que quienes escuchen los audios se pongan por unos segundos en las patas de los perros o gatos y lo complementen con la imaginación, porque a veces es necesario ponerse en el lugar del otro para al menos imaginar que está atravesando por un mal momento”, dice Diana Holguín, una de las creadoras de la campaña.

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Para continuar la difusión de la campaña y la experiencia sensorial, las estudiantes han preparado una actividad para el próximo miércoles, 31 de mayo, a las 11:30, en el auditorio de la Universidad Casa Grande, en donde también estarán recibiendo donaciones de alimentos y medicina para perros y gatos.

Paz es una de las mascotas rescatadas de Refugio Pana. Foto: Cortesía

En la jornada, además de la experiencia sensorial, también se desarrollará una charla que estará a cargo de Katiuska Delgado, fundadora de Refugio PANA, quien abordará la importancia de la empatía y el maltrato animal como antesala de la violencia social.

“Una persona que abusa de un animal no siente empatía hacia otros seres vivos y tiene mayor riesgo de generar violencia hacia otras personas. Si un niño nos habla sobre el maltrato a su animal de compañía, podría estar hablándonos también de su propio sufrimiento”, dice Delgado, quien tiene a su cargo a más de 300 animales. (I)