En Quito se evidencia una contención del crecimiento descontrolado de perros en situación de calle, un problema que durante años marcó el panorama en vías y parques.
Según datos de la Unidad de Bienestar Animal (UBA), el incremento anual de esta población, que entre 2019 y 2023 alcanzaba un alarmante 39 %, se redujo a un 6,89 % entre 2023 y 2024 gracias a una combinación de esterilizaciones masivas, campañas de adopción y un trabajo de recolección de datos.
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La UBA en el último año llevó a cabo más de 47.000 esterilizaciones, una medida que, según estimaciones, evitó el nacimiento de aproximadamente 159.000 perros y gatos.
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Este esfuerzo no solo busca disminuir el abandono y el sufrimiento animal, sino también mejorar la convivencia en la ciudad, se indicó en un comunicado municipal.
Además, se han realizado censos de puerta a puerta en parroquias como Calderón, Chillogallo, Zámbiza, El Condado y el centro histórico que han permitido identificar las zonas más afectadas y diseñar intervenciones específicas.
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La estrategia municipal, conocida como Dejando Huella, abarca áreas urbanas y rurales.
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Los resultados muestran avances: aunque la densidad de perros por kilómetro cuadrado en zonas urbanas pasó de 107 en 2019 a 542 en 2024, el ritmo de aumento se ha desacelerado significativamente. (I)