Ambato
Casi cinco horas y media duró el operativo desarrollado por efectivos militares y policiales este viernes, 14 de marzo, en los exteriores del centro penitenciario Tungurahua n.° 1, para resguardar la seguridad de Mayra Salazar, quien recuperó su libertad luego de cumplir la pena de prisión de quince meses impuesta en el caso Metástasis.
Alrededor de las 06:45 llegó una tanqueta blindada del Ejército para estacionarse al frente de la puerta principal del centro penitenciario, en la avenida El Cóndor, en la parte oriental de Ambato.
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Después llegaron unidades con efectivos militares y lo mismo hizo el personal de la subzona de la Policía Nacional en Tungurahua.
Este despliegue militar y policial llamó la atención de algunas personas al transitar por la zona, aunque desde enero del año pasado, por medidas de seguridad, se mantiene vallado el entorno en la avenida El Cóndor y la Real Audiencia.
Los moradores del sector donde se encuentra el centro penitenciario también mostraron su malestar por el despliegue de los uniformados.
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“Estoy fastidiado por todo este movimiento, porque todo está cerrado. Desde hace más de un año no se puede trabajar ni vivir con tranquilidad, y ahora más con todo este alboroto”, manifestó uno de los vecinos, que por temor no quiso identificarse.
Hasta las 12:25, en que salió Salazar del centro penitenciario y fue subida a la tanqueta militar, los elementos policiales tanto en motocicletas como a pie recorrieron las calles adyacentes al reclusorio constatando que no hubiera nada extraño.
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“No puede ser todo este despliegue de militares y policías; eso ahuyenta más a los pocos clientes que de vez en cuando llegan a los locales. Muchos pequeños negocios tuvieron que cerrar porque se cerraron las avenidas adyacentes a la cárcel; incluso el mercado América es perjudicado”, indicó otro morador.
Salazar tuvo resguardo de uniformados para dirigirse al comando de la Policía Nacional y luego tomaron un helicóptero hacia Quito. (I)