Se reunieron entre primos para celebrar al nuevo bachiller. Y como querían pasar un momento ameno optaron por ir a la playa. Fue a inicios de marzo. Allá se bañaron en el mar, caminaron por la arena y comieron en dos restaurantes (almuerzo y merienda). No supieron exactamente dónde se contagiaron, pero de los doce parientes que estuvieron en el encuentro, cuatro comenzaron a sentir síntomas días después. Solo con la prueba confirmaron que era COVID-19, pues uno de ellos empeoró y el médico le mandó a hacer una PCR ante la sospecha del virus.