Los legisladores de Gobierno y sus aliados socialcristianos entraron en apuros por conseguir los 70 votos que aseguren la aprobación del Tratado de Libre Comercio con China. La falta de voluntades obligó a la suspensión de la sesión hasta conseguir los 70 votos que se necesitan para aprobar el documento comercial.

La sesión, que se instaló a las 09:30, se extendió por más de cuatro horas y la reunión tuvo que suspenderse por la falta de votos y abrir nuevas negociaciones políticas con los asambleístas del movimiento Construye, que inclinaría la balanza para lograr el objetivo. Se tenía previsto volver a reinstalar la sesión a las 15:00, pero esta continúa suspendida.

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Los únicos votos que apoyan la aprobación del TLC con China provienen de las bancadas Acción Democrática Nacional (ADN), Partido Social Cristiano (PSC), algunos del grupo Actuemos (Avanza-Suma) e independientes, pero esos no son suficientes. Por eso este sector busca los votos del movimiento Construye, en el que no hay una posición uniforme respecto al documento en discusión. Existen solo nueve votos a favor del convenio, frente a diez voluntades que anticiparon que se abstendrán.

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En contra del convenio comercial con China se mantienen 50 legisladores de la Revolución Ciudadana (RC), Pachakutik, algunos independientes y un sector de Construye.

Debate

En la exposición sobre el contenido del tratado, el legislador Jonathan Parra, presidente de la comisión de Relaciones Internacionales del Parlamento, destacó que el objetivo central de este convenio es eliminar las barreras comerciales de los productos ecuatorianos que llegan a China con altos aranceles. Y destacó que los beneficios de este TLC con China se verán en la exportación de camarón, banano, pitahaya, cacao, flores, pesca, madera, cuero, tagua, sombreros, entre otros.

Parra indicó que alrededor del documento comercial se han dicho algunas mentiras y se han puesto en evidencia posiciones políticas respetadas, pero no compartidas. Como académico, dijo, para construir el informe se consideraron todas las peticiones de los asambleístas y se obtuvieron seis votos a favor y tres abstenciones.

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El convenio establece un comercio recíproco con reglas comerciales claras y con la eliminación de barreras comerciales y con ello también mejorar el nivel de vida de los ecuatorianos a través de la generación de empleo, expresó Parra, quien además dijo que en razón de los aportes recibidos durante el trámite del documento se prevé que con este TLC se incrementen las exportaciones en $ 3.000 millones, con un mercado de 1.400 millones de personas en China a quienes se puede vender con ventajas que no tienen otros países, lo cual generará un crecimiento económico y fortalecimiento de los mipymes.

Si se firma este convenio comercial sería el primero que Ecuador suscribe con un país asiático y permitirá igualarse en el concierto mundial, donde otras economías latinoamericanas ya están con esos beneficios, insistió.

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El documento contiene 17 capítulos que incluyen disciplinas nuevas, por ejemplo, el comercio electrónico nunca antes tocado, y con ello se promoverá la digitalización del país y se facilitarán las exportaciones, sobre todo de los pequeños y medianos productores y las empresas; pues se tendrá facilitación aduanera, habrá defensa comercial y, sobre todo, cooperación entre ambos países en materia de seguridad.

En cambio, desde el sector correísta los legisladores advirtieron de los riesgos que significa la aprobación del TLC con China, y se afirmó que el tiempo de evaluación de este tratado fue limitado. Que el tratado contiene condiciones adversas para el Ecuador, pues sostuvieron que este acuerdo dará la espalda a los pequeños emprendedores, productores e inclusive a la naturaleza.

Ricardo Ulcuango, del movimiento Revolución Ciudadana (RC), manifestó que el impacto de este tratado en el sector productivo se deriva porque el Ecuador importa productos primarios; y si bien es cierto que se importan banano, camarón y ahora se habla de pitahaya, no habrá el mismo beneficio para los pequeños y medianos productores; por lo tanto, conlleva una competencia desleal porque China y sus productos son industrializados, mientras que los ecuatorianos no tienen esa ventaja.

Mariana Yumbay, del movimiento Pachakutik, indicó que no apoyarán la aprobación de este convenio porque significará dar la espalda al pueblo de a pie y a los emprendedores, a los pequeños agricultores y a la naturaleza que en el Ecuador está reconocida como sujeta de derechos.

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Cómo es posible que se pretenda firmar un TLC con un gigante como es China, preguntó Yumbay, quien aclaró que no está en contra de la firma de tratados de libre comercio, pero debió realizarse un trabajo fuerte para fortalecer la capacidad de los pequeños empresarios y emprendedores para que se encuentren en condiciones para exportar productos a China. Cómo van a hacerlo cuando a duras penas producen para el mercado interno, pues no existe el mínimo apoyo desde el Estado.

En cambio, la socialcristiana Lucía Jaramillo afirmó que este acuerdo no afectará la soberanía alimentaria, porque el país de China no es exportador de alimentos, sino un importador importante de alimentos, lo cual constituye una oportunidad para el sector agrícola.

Steven Ordóñez, asambleísta de ADN, llamó la atención a los asambleístas que son de frontera respecto a lo que pasa con la producción nacional en los sitios de frontera, donde la gente pasa al otro lado para hacer sus compras por las ventajas arancelarias. Dijo que en Ecuador de debe dar apertura con menos aranceles y más tratados de libre comercio, por ejemplo, con China, donde se baja el 5 % de los aranceles en el momento de exportar productos ecuatorianos.

Durante la sesión se abrieron las conversaciones políticas con los legisladores del movimiento Construye, que para el sector del Gobierno y los socialcristianos se convirtieron en clave para reunir los 70 votos y aprobar el documento comercial.

Al mediodía se suspendió la sesión hasta lograr los acuerdos, pero no volvió a reinstalarse la sesión como lo anunció el presidente de la legislatura, Henry Kronfle. Aún no se conoce cuándo se volverá a convocar para retomar el trámite del documento. (I)