“Mi hija se defendió”. Liss tenía quebradas algunas de las uñas y su yerno, marcas de arañazos en la piel de las manos y rostro, asegura Virginia Muñoz, casi dos meses después del presunto femicidio de su primogénita, Lisbeth Baquerizo. Esto, más los moretones en las muñecas de las manos de Lis confirmarían, asegura, que hubo forcejeo.