El único pecado de Venus, una perrita de 2 años, fue tener hambre. Vivía en Quito, en la calle Selva Alegre. Allí fue apedreada por los moradores por ‘robar’ comida.
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Flavio, un macho de 8 años que vive en el mismo refugio, también busca una segunda oportunidad.
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El único pecado de Venus, una perrita de 2 años, fue tener hambre. Vivía en Quito, en la calle Selva Alegre. Allí fue apedreada por los moradores por ‘robar’ comida.
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Son bienvenidas las ayudas inmediatas, mas no son una solución a largo plazo, que es lo que requiere un país planificado.
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