La madrugada de este 23 marzo gran parte de Guayaquil soportó una intensa lluvia con tormenta eléctrica, marea alta y aguaje. Todo esto derivó en graves inundaciones que anegaron cientos de viviendas.

“Se nos entró el agua, acá en la Alborada”, indica Mercy Rivas. Afirma que no pudieron hacer nada ante el avance del agua y solo levantaron enseres y a sus mascotas del piso: “Da rabia porque no es la primera vez que pasa”.

30 sectores de Guayaquil están inundados y hay un deslizamiento de tierra, según reporte municipal

Las inundaciones no solo dejan secuelas económicas sino que traen consigo problemas de salubridad. De hecho Guayaquil y Durán ya tienen un brote de leptospirosis que es una bacteria que se transmite por la orina de roedores y mascotas, e incluso animales de corral como vacas o cerdos. Esta orina se mezcla con las aguas estancadas y las personas que cruzan por estas zonas sin protecciones están en riesgo de contagiarse. 65 casos de eptospirosis se han detectado hasta el momento y una persona ha fellecido, según el Ministerio de Salud Pública (MSP).

Publicidad

“Esa agua contaminada ahora se está metiendo ahora también a las casas y está teniendo contacto directo con las personas. Además, vemos que la gente cruza las calles inundadas sin zapatos para proteger el calzado, pero esto está mal porque si se cortan la herida es una puerta de entrada para las bacterias”, explica Moisés Cajías, epidemiólogo y docente de la Universidad Bolivariana del Ecuador.

En botes rescataron a personas en Sauces 6 debido a las inundaciones por tormenta y marea alta. Foto: Jorge Guzmán Foto: El Universo

Pero este mal no es el único. Hay afecciones a la piel, tifoidea, dengue, sika, chikungunya, enfermedades gastrointestinales, entre otras. Luego que pasan las inundaciones se crean charcos de agua que se vuelven criaderos de mosquitos. En lo que va del 2023, según el MSP, se han reportado 2.958 casos de dengue (cierre al 8 de marzo) . Morona Santiago, Guayas y Manabí son las provincias que registran más personas infectadas.

Cuando el agua de estas inundaciones que ya está contaminada por un sinnúmero de bacterias ingresa a las viviendas también se deben aplicar protocolos estrictos de limpieza. No eliminar los materiales contaminados ni reducir la humedad puede presentar graves riesgos a largo plazo para la salud, indica la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA)

Publicidad

El agua estancada y los materiales húmedos son un ambiente ideal para los microorganismos, como virus, bacterias y moho, que pueden causar enfermedades, provocar reacciones alérgicas y seguir dañando los materiales mucho tiempo después de la inundación.

Cuando el agua de la inundación contiene aguas residuales o animales muertos en descomposición, las enfermedades infecciosas son un problema preocupante. Incluso cuando la inundación se produce por agua de lluvia, el crecimiento de microorganismos puede causar reacciones alérgicas en individuos sensibles. Por lo que toda agua estancada debe eliminarse lo más pronto posible.

Publicidad

Autoridades instan a padres que eviten que sus niños tengan contacto con agua acumulada para prevenir leptospirosis por fuerte lluvia en Guayaquil

“Las personas pueden desinfectar sus casas con cloro, que es lo más barato. Utilizar botas para no estar en contacto directo con esa agua. He visto a chicos bañándose en esa agua y eso es falta de educación”, afirma Cajías.

La EPA indica que todas las superficies que hayan tenido contacto con estas aguas deben limpiarse con agua limpia y detergente, y que se sequen completamente. Recomienda no usar lejía u otro químico que pueda dificultar la respiración. Si hay materiales o artículos en las casas que se dañaron por completo por el agua hay que deshacerse de ellos, ya que pueden albergar moho y ácaros. Usar ropa de protección como botas y guantes para evitar al mínimo el contacto con el agua sucia.

“No es raro que las personas luego de un desastre natural presenten problemas de salud, en especial respiratorios. Por esto se debe estar atento a síntomas como tos incesante, falta de aire, opresión en el pecho, uñas o labios de color azul y buscar ayuda profesional”, añade el ente estadounidense.

Las inundaciones también arrastran a animales que pueden entrar a las viviendas por lo que hay que estar atento serpientes, insectos y otras especies que pudieran entrar a las casas. Si se tiene cisterna hay que vaciar el agua aunque se presuma que no tuvo contacto con el agua de la inundación. Luego limpiar la zona con detergente, cloro y desinfectante. Dejar secar y proceder a llenarla nuevamente.

Publicidad

Además, hay que desechar todos los alimentos, las bebidas y los medicamentos expuestos al agua de inundación y al lodo. Esto incluye alimentos enlatados, utensilios de plástico y contenedores con alimentos o líquidos cerrados herméticamente.

El agua estancada tras las inundaciones también generan problemas debido a que se convierten en criaderos de mosquitos. Foto: El Universo

Para Cajías en Ecuador ha faltado educación para saber cómo actuar en desastres naturales por parte de las autoridades públicas. Ya que se observa, hasta en redes sociales, desconocimiento por parte de la población de recomendaciones básicas para evitar enfermedades por inundaciones.

“Se hacen campañas de desratización, fumigaciones, limpieza de canales pero hay que formar comité locales municipales de salud para agrupar a los líderes y comunidades para que sean la parte ejecutora en territorio, eduquen, comuniquen y den aviso a cualquier anomalía en cuanto a salud. Las autoridades no hacen un trabajo en territorio como deben hacerlo. Hay que buscar siempre la prevención, decirles no hagan esto porque puede pasar aquello”, afirma.

Observar que en los barrios se haga algarabía cuando se forma una poza y que la gente se bañe en ella da cuenta la poca educación que tenemos los ecuatorianos. “Dicen que de niños ellos se bañaron así y siguen vivos. Yo también me bañé de niño en esas condiciones, pero luego estudié y supe que no era correcto porque esas aguas reúnen las condiciones perfectas para el contagio de enfermedades”, dice Cajías.

Colchones alzados y agua hasta la cintura: el escenario en zonas periféricas de Guayaquil después de la lluvia de la madrugada

Tener planes de educación sobre estos desastres se hace imperativo, ya que las inundaciones en ciudades como Guayaquil seguirán incrementándose tanto en frecuencia como en intensidad en los próximos años, según estudios internacionales.

La Secretaría de Gestión de Riesgos de Ecuador no tiene un manual que abarque los procesos de desinfección y limpieza que se deben aplicar luego de una inundación. Solo está el Plan de Respuesta ante desastres Naturales, pero ese documento solo se basa en la articulación de las entidades públicas. (I)