Balam y Orly, dos perros de rescate que ayudaron a encontrar a cuatro personas con vida y 36 fallecidos en el terremoto de Turquía del pasado febrero, se entrenan en los escombros de Querétaro mientras guían los pasos de otros canes.

Ellos son los caninos más conocidos, pues son quienes compartieron sus primeros entrenamientos con Athos, el perro de rescate que perdió la vida en 2021 luego de ser envenenado y que hoy, rinden el mayor homenaje posible: seguir sus pasos en la búsqueda y rescate de personas.

Bajo la atenta mirada de Edgar Martínez, guía canino de la Cruz Roja Mexicana, los perros buscan entre las ruinas de un edificio, que solía ser un popular centro nocturno y ahora es el lugar ideal donde replicar lo que se vive en un escenario real de búsqueda.

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Balam y Orly en las ruinas de un edificio. Foto: EFE/ Sergio Adrián Ángeles

“Le llamamos “escombrera”, es una simulación de un edificio derribado como pasa en un sismo, entonces aquí se simula básicamente todo, se simulan láminas, situaciones inestables, cosas puntiagudas”, explicó Martínez a la agencia EFE.

Los entrenadores se llevan a Balam a otro sitio mientras Martínez se esconde bajos las láminas. El can corre alrededor del sitio, olfatea al humano y ladra para alertar que lo encontró. Al mismo tiempo, Balam intenta mover los escombros y rescatar a Édgar, quien le da una recompensa cuando lo hace.

Los canes se entrenan con profesionales de rescate. Foto: EFE/ Sergio Adrián Ángeles

Rocky y Robinson son los otros dos perros que acompañan al grupo, ellos son guiados por Orly y Balam, este último es hijo de Athos, quien cobró relevancia en México en 2022, ya que su muerte por envenenamiento marcó historia al provocar el primer juicio penal en contra del maltrato animal y sentenció al culpable a más de 10 años de prisión.

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Según el equipo de entrenamiento, cuando los perros no están en las simulaciones de rescate, están socializando con personas en plazas públicas y exhibiciones “para que sigan siendo siempre amigables”. (I)