El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, instó el lunes a Irán a que permita buscar atención médica a un ciudadano iraní-estadounidense al que se le impide salir de ese país, pues su familia afirma que su vida depende de una cirugía urgente en el extranjero.

Los abogados de Baquer Namazi, un exfuncionario de Unicef condenado por espionaje en Irán junto con su hijo Siamek, dijeron que las autoridades se niegan a emitirle el pasaporte iraní que necesita para abandonar el país, porque Teherán no reconoce doble nacionalidad.

Baquer Namazi, de 84 años, cuya pena por espionaje fue conmutada a principios de 2020, tiene un bloqueo en el 95-97 % de una de las arterias principales que irrigan el cerebro y necesita cirugía en un plazo de siete a diez días, dijo su familia.

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“Baquer Namazi necesita cirugía inmediata, y el Gobierno iraní debería permitirle buscar la atención médica necesaria para salvar su vida”, escribió Blinken en Twitter.

“Han pasado casi seis años desde que vio a sus hijos. En un momento como este, debería estar rodeado de toda su familia”, agregó.

Baquer Namazi y su hijo Siamak —que cumple una pena de diez años— fueron condenados por “espiar” para Estados Unidos.

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Conteniendo las lágrimas, otro de sus hijos, Babak Namazi, dijo que la familia estaba “devastada” y que la situación era “un tipo de tortura que no le desearía a (su) peor enemigo”.

“Este no es ni ha sido nunca el final que mi padre merece. Mi padre es una persona desinteresada que dedicó su vida al servicio público”, dijo en una rueda de prensa virtual.

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“La situación de Baquer, con casi 85 años, ahora es grave y extremadamente urgente”, escribieron en una carta dirigida al relator especial de la ONU sobre el derecho a la salud física y mental, el sudafricano Tlaleng Mofokeng.

El 28 de septiembre, sus médicos llegaron a la conclusión de que debía ser operado en un plazo de siete a diez días, dijeron.

Namazi podría ser operado en Irán, pero sus abogados dicen que sería una situación muy estresante después de cuatro años de detención y en un país que aún sufre la pandemia del COVID-19.

El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo más tarde a periodistas que la liberación de los Namazi, así como la de otros estadounidenses en Irán, era una “prioridad absoluta” para el Gobierno del presidente Joe Biden, pero que era más eficaz plantear los casos “fuera del foco público”.

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“No le da a Irán ninguna ventaja y el mundo está unido contra esta aborrecible práctica de retener a seres humanos, retener a individuos, para obtener ventajas políticas”, dijo Price.

Al menos cuatro ciudadanos estadounidenses están retenidos en Irán y el Gobierno de Joe Biden ha pedido su liberación, mientras Estados Unidos intenta reactivar el acuerdo nuclear con Irán de 2015. (I)