Un hombre de Brasil, amante del tatuaje y de la transformación corporal, deja asombrados a todos con la apariencia que tiene y dista mucho de la que mostraba hasta comienzos del 2000.

Desde hace más de dos décadas este brasileño viene cediendo a las extremas modificaciones y, de acuerdo con The New York Post, luce hoy por hoy con una lengua bífida, ojos tatuados y “dientes de vampiro”.

El megacambio del brasileño

No solo su piel ya no es blanca, tampoco lo son sus globos oculares… El cambio es total al punto de que Fernando Franco de Oliveira dijo adiós a su nariz al optar por mutilarla y dejó que unos cuernos le incrustaran en su frente.

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“Empecé tatuándome los ojos, luego vinieron los implantes, las mutilaciones de las orejas, me cortaron la nariz, me pusieron los dientes de vampiro y ahora tengo mis cicatrices”, describe.

Este cambio ha sido radical. Fotos: Instagram @caveira2477

Para quienes quedan sorprendidos y piensan criticarlo por el megacambio, Fernando comenta: “Siempre quise diferenciarme de la sociedad, así que comencé a desarrollar mis modificaciones en el año 2000″.

En sus fotos o salidas a la calle recibe comentarios de todo tipo. Está consciente de que algunos lo llaman “diablo”.

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“¡Este es el diablo!”, expresa un usuario de redes sociales, cita el site neoyorquino.

De acuerdo con The New York Post, este sujeto, oriundo de Sao Paulo, se hizo unas cicatrices gruesas en el rostro y, aparentemente, el video fue sacado de su cuenta en Instagram.

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En Istoé señalan que al hombre lo llaman “Caveira” y también dicen que “recientemente, usó un soldador para quemarse partes de la cara”.

Agrega que en un video afirmó que se realizó el procedimiento sin anestesia. Dijo sobre la nueva experiencia: “Dolor extremo”.

Me escarificaron la cara para que pareciera una quemadura. Para parecer también que me pateó un oso.

Fernando Franco de Oliveira en Istoé

“El único que juzga es Dios”

De Oliveira cree que el 70% de la gente piensa que sus tatuajes y modificaciones “son increíbles” y afirma: “¡Tengo fans que también me piden tomarse fotos!”.

“Creo que las personas que me juzgan son ignorantes y tontas, porque el único en el universo que puede juzgar es Dios”, recuerda. Las criticas las minimiza.

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El otro 30% me mira bastante raro, algunos me llaman ‘Satanás’, ‘demonio’ y algunos hasta dicen que me voy al infierno

Fernando Franco de Oliveira

El medio citado, hurgando en sus finanzas, publica que el brasileño “ha gastado más de 30 mil dólares en cambios en su apariencia desde el año 2000″.

Con seguidores y detractores, como en todo, Fernando de Oliveira no dice si parará en las modificaciones y si su piel ya no será más lienzo para tatuajes. No creemos que quede mucho... hasta sus uñas, por lo que se aprecia en fotos, van cubiertas de tinta o pintura negra.

(I)

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